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“Yo quería orar por mí misma”

Del número de noviembre de 2000 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Hace varias semanas, cuando regresaba a casa, tuve un terrible dolor de estómago. Me resultaba muy difícil retener la comida, tenía fiebre muy alta y diarrea. Realmente quería recurrir a Dios y orar por mí misma. Traté de comprender esta idea de Ciencia y Salud: “No hay dolor en la Verdad, y no hay verdad en el dolor”.Ciencia y Salud, pág. 113. Dios es Verdad, y Dios es Todo.

Mi madre me leyó algo de la Lección Bíblica Semanal. Decía en parte lo siguiente: “Recordad que la perfección del hombre es real e intachable, mientras que la imperfección es culpable, irreal, y no es producida por el Amor divino”. Ibid., pág. 414. Dios es el “Amor divino” al que se refiere.

Canté un himno que comienza: “La colina, di Pastor, cómo he de subir”.Himnario de la Ciencia Cristiana, Himno 304. Habla de Dios como pastor. Él me estaba ayudando a cruzar una gran montaña hacia un lugar seguro.

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