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Canales Inesperados de provisión

Del número de enero de 2001 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


En Mi Vida he pasado por períodos de estabilidad económica y períodos de escasez bastante difíciles. Hubo momentos de angustia y preocupación en mi familia.

No obstante, en mi estudio de la Christian Science, he ido comprendiendo que, aun cuando el cuadro parezca muy desalentador, siempre hay una solución para nuestros problemas. La misma se encuentra en nuestro propio pensamiento, donde podemos encontrar las ideas correctas sobre Dios y el hombre, que nos guiarán a la solución.

Generalmente la carencia se relaciona con la falta de dinero. Pero a veces la carencia abarca un espectro mucho más amplio, como son las carencias afectivas, de salud, de hogar, de seguridad, de oportunidades, de sabiduría, entre muchas otras.

Me ha dado gran regocijo comprender que aun cuando nuestros bolsillos estén literalmente vacíos, rige la ley divina de abundancia. La misma establece que Dios ya ha creado todo y que a Su creación nada le puede faltar. El bien que necesitamos se va manifestando a medida que reconocemos este hecho. Esta ley de Dios está siempre presente y al alcance de todos, lista para responder a nuestras necesidades. Es independiente de lo que presenta el cuadro humano. La provisión emana de Dios, y por consiguiente es espiritual, infinita e indivisible. El Amor, que es Dios, es en realidad la única fuente de toda provisión, de todo el bien que realmente satisface.

En Escritos Misceláneos la Sra. Eddy escribe: "Dios os da Sus ideas espirituales, y ellas, a su vez, os dan vuestra provisión diaria. Nunca pidáis para el mañana; es suficiente que el Amor divino es una ayuda siempre presente; y si esperáis, jamás dudando, tendréis en todo momento todo lo que necesitéis". Y agrega: "¡Qué gloriosa herencia se nos da mediante la comprensión del Amor omnipresente! Más no podemos pedir; más no podemos desear; más no podemos tener".Escritos Misceláneos, pág. 307.

Cuando comprendemos, aun en pequeña medida, esta "herencia gloriosa" — nuestra verdadera y única herencia — recibimos todo lo que vamos necesitando.

Por eso, cuando pasamos por momentos difíciles y nos invade la angustia, podemos recordar que nunca estamos solos, sino que siempre permanecemos unidos a nuestro Padre y Madre divino, y que ya tenemos en nuestra conciencia las ideas que traerán solución al problema.

Hace poco, estando aún reflexionando sobre la fuente de estas ideas, recibí una llamada de una querida amiga que vive en España. Llamaba para tener noticias mías, y en la conversación me comentó que últimamente las cosas en su familia no andaban muy bien. Su esposo, que es abogado, tenía una merma considerable en su trabajo y para colmo, la arrendataria de un departamento de ellos hacía varios meses que no pagaba el alquiler.

Le dije que no se preocupara, pues la provisión viene de Dios, y que todo se iba a arreglar armoniosamente. Mi amiga es muy receptiva a todo lo que se relacione con la espiritualidad. De hecho, su vida ha tenido un cambio notable — de atea, pasó a ser creyente — y siempre me pide que le sugiera ideas para tratar diversos temas. Ella valora mucho esta amistad.

Cuál no sería mi sorpresa, cuando a los tres días volvió a llamarme. Esta vez, era para decirme que se le había solucionado el problema económico, y que además le había venido la idea de enviarme parte de la renta que había recibido. Esta vez, se la escuchaba muy animada y agradecida.

Tomé este gesto como una muestra de gratitud de su parte. También sentí mucha gratitud al Padre y a esta amiga por su generosidad, pues su regalo hizo posible cubrir algunos pagos urgentes en mi casa. Así pude comprobar, una vez más, lo que nos enseña Mary Baker Eddy en Ciencia y Salud: "En la relación científica entre Dios y el hombre, descubrimos que todo lo que bendice a uno bendice a todos, como lo demostró Jesús con los panes y los peces — siendo el Espíritu, no la materia, la fuente de provisión".Ciencia y Salud, pág. 206.

Me siento muy agradecida y valoro mucho estas manifestaciones tangibles del poder de Dios, como consecuencia del estudio y la oración. Pero, lo que más agradezco y valoro es el entendimiento que recibo directamente del Padre, el cual bendice a todos por igual.

Siento profunda gratitud por ésta y otras tantas experiencias que he tenido como consecuencia de aplicar las enseñanzas de la Christian Science, y por haber aprendido que muchas veces la provisión se recibe por los canales más inesperados. Nunca debemos darnos por vencidos, porque en todo momento, todas las cosas provienen del Dios vivo.

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