Cuando Comencé a estudiar la Christian Science encontré en ella al Dios que siempre había intuido: un Dios que nos cuida y que jamás nos deja abandonados. También comencé a percibir que Su infinitud estaba lejos de ser la figura humana y limitada a la que muchas veces trataba de asemejarlo.
Poco después de haber conocido esta Ciencia se me presentó la oportunidad de poner en práctica todo lo que venía aprendiendo acerca de Dios. Y esto ocurrió cuando una mañana fui a buscar el automóvil, que siempre dejaba en la calle, y me di cuenta de que me lo habían robado.
Si bien tuve que dar todos los pasos necesarios, como levantar un acta ante las autoridades correspondientes, esto lo hice teniendo a Dios presente en mi pensamiento. Estaba aprendiendo que Dios no está lejos de mí y que siempre puedo recurrir a Él para ver cumplida Su voluntad.
Por medio de la oración pude ver que Dios, que es el bien mismo, había creado al hombre espiritual y completo, honesto y obediente a la ley. Por ello, yo no podía aceptar que hubiera un hombre que tuviera la necesidad de tomar algo ajeno.
También al orar me vino el pensamiento: "El auto no puede estar perdido porque Él lo está viendo en este mismo instante". Claro, pensé, si bien Dios no crea objetos materiales, ha creado ideas espirituales. Él nos da sus ideas y éstas se manifiestan de una manera útil en nuestra vida, brindándonos movilidad y comodidad; y Dios nunca pierde de vista estas ideas. La Sra. Eddy dice en Ciencia y Salud: "Mantened vuestro pensamiento firmemente en lo perdurable, lo bueno y lo verdadero, y los experimentaréis en la medida en que ocupen vuestros pensamientos".Ciencia y Salud, pág. 261. Y en mi caso, Dios nos da lo bueno y lo verdadero, y nada ni nadie nos lo puede quitar.
Yo no podía aceptar que hubiera un hombre que tuviera la necesidad de tomar algo ajeno.
Estas ideas que me vinieron con la oración no sólo me consolaron sino que me llenaron de un profundo gozo y agradecimiento. Además, tuve la certeza absoluta de que Dios me haría ver los resultados cuando fuera pertinente. Y así sucedió efectivamente al cabo de tres semanas, cuando recuperé el automóvil en perfectas condiciones y en circunstancias que dejaban ver claramente que era Él quien había dispuesto todo para que así fuera.
Cuando recapacité sobre lo que había ocurrido, me pregunté, ¿hay algo, entonces, de lo que podamos ser desposeídos y que luego tengamos que recuperar? ¡No, en realidad, como no había perdido nada, nada tenía que recuperar! El hecho es que la creación de Dios ya es completa, como dice el Génesis, " vio Dios todo lo que había hecho y he aquí que era bueno en gran manera". Génesis 1:31. Sólo es necesario que lo percibamos espiritualmente.