Ocurrió un miércoles por la mañana cuando mi mamá me despertó para ir a la escuela. Tenía un orzuelo en el ojo izquierdo que me dolía mucho. Se lo dije a mi mamá. Ella me dijo que Dios no había hecho las enfermedades y que no debía creer en ellas. Yo acepté eso. Sentí que Dios me había hecho perfecta.
No me preocupaba salir de la casa porque sabía que Dios me amaba y estaba conmigo dondequiera que fuera. De modo que me vestí y fui a la escuela. De camino canté una canción cuya letra escribió Mary Baker Eddy, que habíamos cantado el domingo anterior en la Escuela Dominical. Hay una frase que dice: “no tengas miedo porque Dios es bueno...” (Himno 207 versión en inglés). Ese pensamiento me ayudó muchísimo.
Para cuando estaba en mi segunda clase en la escuela, el orzuelo había desaparecido por completo. Comprobé que la Christian Science es la aplicación práctica de las enseñanzas de Jesús.
Naribori, Kenya
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