Tengo un perro que se llama Bali. Hace como un año, mi papá y yo nos dimos cuenta de que la pata de Bali se veía dos veces más grande de lo normal. Mi papá me dijo que probablemente una víbora de cascabel lo había mordido. Vivimos en el desierto, y acá las víboras de cascabel son muy comunes.
Yo realmente tenía mucho miedo. Mi papá me aseguró que Bali estaría bien, y eso me tranquilizó.
Llevamos a Bali adentro de la casa y le limpiamos la pata. El perro no podía apoyarse en esa pata, por eso se quedaba recostado. Toda mi familia consoló a Bali y oró por él. Estábamos seguros de que Dios lo sanaría. Oramos y confiamos en que ningunade las criaturas de Dios podía hacerle daño a otra. El único pensamiento que yo tenía era que Bali era perfecto porque Dios lo había hecho así. Él era una criatura de Dios y Dios lo había hecho espiritual y perfecto como Él Mismo.
Una semana después, Bali estaba sano. Y ahora él es para mí el mejor perro que existe. Todavía puede correr y saltar bien alto.
Albuquerque, New Mexico, EE.UU.
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