Sé fuerte, muchacha, sé fuerte,
cuando las sombras se acumulen a tu espalda
y el valle se haga más profundo ante tus ojos.
Cuando, por tu esbelto y bello tronco,
las traicioneras enredaderas te envuelvan
p ara ahogar tus aspiraciones celestiales,
isé fuerte! Continúa creciendo,
extendiendo tus ramas hacia el vasto e infinito cielo.
¡Sé fuerte!
Y levántate de tu lecho esta mañana.
Camina con valor,
amada niña.
Aunque toda promesa parezca lejana,
sé fuerte, y en tu fortaleza,
Sé apacible, muchacha, sé apacible
como la nieve que gentilmente cae
y no daña alma alguna,
mientras sigue su curso y comienza a acumularse,
formando su prístino manto
sobre campos y árboles,
caminos y autos
por igual.
Sé apacible,
no luches contra la luz del día,
sino bebe de los rayos del sol naciente.
Permite que se deslicen por tu garganta reseca
y satisfagan tu hambriento corazón.
En tu travesía de hoy, muchacha, sé apacible.
Camina tranquila,
en la fortaleza del perdón;
Abandona tu paso lento
y tus preocupantes dolores.
Permite que la llama del amor queme por completo tus cargas,
dejándote
sin temor,
feliz,
libre.
Sé apacible; Habla
con ternura; Eleva tu mirada
con sencilla confianza; Con humildad
extiende tu mano, y permite que la Sabiduría
te guíe,
muchacha amada.