Sé fuerte, muchacha, sé fuerte,
cuando las sombras se acumulen a tu espalda
y el valle se haga más profundo ante tus ojos.
Cuando, por tu esbelto y bello tronco,
las traicioneras enredaderas te envuelvan
p ara ahogar tus aspiraciones celestiales,
isé fuerte! Continúa creciendo,
extendiendo tus ramas hacia el vasto e infinito cielo.
¡Sé fuerte!
Y levántate de tu lecho esta mañana.
Camina con valor,
amada niña.
Aunque toda promesa parezca lejana,
sé fuerte, y en tu fortaleza,
Sé apacible, muchacha, sé apacible
como la nieve que gentilmente cae
y no daña alma alguna,
mientras sigue su curso y comienza a acumularse,
formando su prístino manto
sobre campos y árboles,
caminos y autos
por igual.
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