Servicios religiosos arraigados en la historia y diseñados para el nuevo milenio
En la Nueva Inglaterra del siglo XIX donde Mary Baker Eddy vivió, los asistentes a la iglesia eran generalmente grandes conocedores de la Biblia. Poseer la capacidad de predicar bien era considerado uno de los dones más grandes que Dios otorgaba. Las iglesias ocupaban, social y espiritualmente, un lugar primordial en la vida urbana, incluso en los poblados pequeños.
Los fieles tenían bancos reservados para su familia en ellas, se vestían mucho más formalmente que hoy en día, y se trataban de "Señorita", "Señora" y "Señor" o "Hermano" y "Hermana". Sin embargo, fueron las "iglesias en casas" del cristianismo primitivo las que sirvieron de modelo a la incipiente Iglesia de Cristo, Científico. Los asistentes se reunían informalmente en hogares particulares, probablemente en torno a una mesa, con el propósito de orar, cantar y hablar de las "buenas nuevas" de la vida y las palabras de Jesús, y las curaciones que había efectuado.
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