Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

EL SR. FLINN DE CHICAGO

Del número de mayo de 2005 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Días después de haber recibido el pedido de Mary Baker Eddy de comenzar un diario, el redactor designado, Archibald McLellan, le escribió para asegurarle que "no se ha perdido tiempo alguno" para el lanzamiento de esta nueva idea en periodismo.

"...hemos estado consultando con hombres de prensa prácticos que son Científicos Cristianos", continuó McLellan, nombrando a sus dos principales consultores, "el Sr. Dodds, Jefe de Redacción del Pittsburg Sun, y el Sr. Flinn, Redactor Editorial del Chicago Inter-Ocean. El consenso de opinión es que el 'Monitor' tiene que poder competir totalmente con los diarios establecidos, y compararse favorablemente con el mejor de ellos". Archibald McLellan a Mary Baker Eddy, 13 de agosto de 1908, Colección Mary Baker Eddy, La Biblioteca Mary Baker Eddy para el Adelanto de la Humanidad.

Los dos hombres eran periodistas veteranos en importantes diarios metropolitanos, y ambos eran Científicos Cristianos practicantes. Necesitarían esos dos tipos de experiencia práctica para cumplir este proyecto.

John J. Flinn hacía doce años que escribía el editorial del Inter-Ocean cuando recibió una llamada telefónica pidiéndole que fuera de inmediato a Boston para reunirse con los Fideicomisarios de La Sociedad Editora de la Christian Science. A él y a otros pocos se les dijo que la Sra. Eddy había solicitado que el 25 de noviembre se iniciara un diario, o sea, cuatro meses después. La experiencia que Flinn tenía con la prensa le decía que era "una empresa que ordinariamente tomaría por lo menos un año preparar..." John J. Flinn, "The Monitor's Establishment", Journal, Junio de 1929, pág. 117.

Durante los siguientes tres meses, John Flinn consultó con los Fideicomisarios acerca de todo, desde el número de empleados que se necesitaría para producir un periódico todos los días, los costos de operación, al contenido de los editoriales y su lugar dentro de la publicación. Fue el primer redactor del principal editorial del Monitor, y escribió editoriales con mucho conocimiento de la práctica y profundo razonamiento, durante más de una década. Posteriormente fue nombrado miembro del Cuerpo de Conferenciantes de la Iglesia.

Dos años después de la fundación del Monitor, Flinn comentó acerca de los primeros planes para el diario sobre los que habló con los Fideicomisarios en su primera reunión. "Desde sus inicios", dijo, " se reconoció claramente que el diario debía destacarse tan solo por sus méritos... Se lo debía reconocer como una empresa de negocios... puesto que el Monitor no podía, o no querría, competir con sus contemporáneos en algunos aspectos, debía destacarse por encima de ellos en otros. Tenía que encontrar un nicho propio y ocuparlo. Debía demostrar su capacidad para responder a una necesidad en periodismo que las personas pensantes en todas partes, y la gente de prensa entre ellos, conocieran muy bien, y para hacerlo debía apartarse de los métodos de los insípidos, si bien, alentadores diarios que lo habían precedido en el campo de la reforma, los cuales habían expirado por no tener éxito alguno en su esfuerzo por ser buenos sin ser útiles". John J. Flinn, discurso al Sr. Presidente, Damas y Caballeros, alrededor de 1910. Colección MBE.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / mayo de 2005

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.