Por más de 20 años tuve una lucha enorme con una enfermedad estomacal que no cedía con el tratamiento médico. Podía comer muy pocas cosas y lo hacía con cierto to miedo. Muchos alimentos me hacían daño. Cada vez que veía comer a otras personas con gusto y alegría, me ponía muy triste porque yo no tenía la libertad de comer como ellos.
Hasta que conocí la Christian Science y con su estudio fui obteniendo una comprensión espiritual más clara de Dios como el Creador de todo, y tomé mayor conciencia de Su creación.
Mi despertar espiritual tuvo lugar gracias al estudio de la Biblia y del libro Ciencia y Salud. También me fortalecía la concurrencia a las reuniones de la iglesia de la Christian Science los domingos y miércoles, y las visitas a la Sala de Lectura donde me alimentaba espiritualmente. Todo esto contribuyó a ese despertar.
Un día bajé al comedor de mi casa y vi en un frutero plátanos, manzanas, mangos y otras frutas bien apetitosas. En ese momento me acordé de un pasaje del Génesis (1:31) donde dice: "Y vio Dios todo lo que había hecho y he aquí que era bueno en gran manera". Y entonces razoné: "Mi Dios hizo estas frutas, y todo lo que Él creó lo hizo bueno. Es imposible que estas frutas con su dulzura tan natural y rica, que ni siquiera se puede imitar químicamente, me hagan algún daño".
Estas ideas me dieron tal fortaleza espiritual que me llevaron a tomar esas frutas y comerlas sin ningún temor, !y qué deliciosas las sentí! Además no me hicieron ningún daño.
A partir de ese momento pude comer libremente de todo. Los trastornos estomacales no volvieron a presentarse más y empecé a subir de peso. La Verdad divina me hizo libre de la enfermedad que padecí por tantos años. Ahora tengo la certeza de que en mi verdadero ser no puedo tener nada que no provenga de Dios.
Arequipa, Perú
