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Perdone... y cambie el mundo

Del número de julio de 2005 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


En la ribera sur del río Támesis en Londres, cerca del teatro Royal Festival Hall, hay un busto de unos dos metros de altura de Nelson Mandela, y este sitio es hoy un lugar famoso de esta cludad. Mandela es muy admirado en todo el mundo no sólo por sus esfuerzos para eliminar el “apartheid” en Sudáfrica, sino tamblén por el notable espíritu de reconciliaclón que promovió cuando fue el primer presidente de su país después de que ese sistema de segregaclón racial fuera eliminado.

En 1995, poco después de que Mandela asumiera la presidencia, su gobierno creó una comisión con el propósito de traer un bálsamo de reconciliación a las cicatrices que tantos años de apartheid habían dejado en el pueblo sudafricano. La entidad se Ilamó Comisión de Verdad y Reconciliación (TRC), y tuvo en parte la meta de restaurar — no a través de la venganza, sino de una manera moralmente responsable — la dignidad de las víctimas afectadas por décadas de separación racial legalmente aceptada. Y a partir de allí, la nación pudo avanzar mediante la reconciliación.

El Presidente Mandela nombró al Arzobispo anglicano Desmond Tutu como presidente de la TRC. En su libro No Future Without Forgiveness (No hay futuro sin perdón), el arzobispo comenta acerca de la natural tendencia a perdonar que tienen sus conciudadanos: Nelson Mandela “invitó a su carcelero de raza blanca a asistir como invitado de honor a la ceremonia de investidura cuando asumió como Presidente; el primero de muchos espectaculares gestos que hizo para demostrar una grandiosa magnanimidad y disposición de perdonar... Este hombre, quien había sido difamado y acosado como un fugitivo peligroso y encarcelado por casi tres décadas, se transformó en la personificación del perdón y la reconciliación, y logró que la mayoría de aquellos que lo habían odiado lo siguieran dócilmente”.Desmond Tutu, No Future without forgiveness (London: Random House, 1999), pág. 7.

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