Cuando yo tenía 3 años, empecé a sufrir de ataques de arritmia. Entonces, mi mamá me llevó al pediatra. Cuando el médico me vio, me dijo que tenía que hacerme un montón de pruebas.
Después que nos dijeron eso, le pedimos a una practicista de la Christian Science que nos ayudara con su oración, y yo también oré. Pasó el tiempo y cuando me hicieron el último estudio, me dijeron que estaba todo bien.
Desde ese día, siento la bondad de Dios conmigo. Nunca más volví a tener problemas al corazón.
Montevideo, Uruguay
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!