Hace algunos años leí un articulo para niños donde hallé muchas ideas para encontrar la paz que el Cristo trae a nuestro pensamiento. Al obtener esa paz espiritual nos vienen ideas sanadoras que podemos aplicar en diferentes situaciones de nuestra vida y que nos benefician a nosotros y a los demás.
Este artículo relataba que un papá le regaló a su hijo un carrito de cuerda. Poco después, el niño vino a ver al padre preocupado porque las ruedas del carrito chirriaban con un ruido muy desagradable, además de que la cuerda se trababa.
El papá estaba estudiando desde hacía tiempo el libro Ciencia y Salud, donde encontraba ideas espirituales que lo guiaban en su diario vivir. Después de escuchar a su hijo le habló del efecto benefactor que tenía el aceite en los objetos más sencillos, así como en los asuntos humanos. Tomando el libro, buscó en el glosario de términos de Ciencia y Salud la definición de la palabra ACEITE, que dice: "Consagración; amor; dulzura; oración; inspiración celestial". Ciencia y Salud, pág. 592.
Juntos, razonaron que el termino consagración significa una decisión firme de ejercer el bien, y de no dejarse tentar por el resentimiento y la soberbia. Vieron, además que amar significa ser misericordioso con los demás, lo que nos permite vivir en armonía con todos, y que la dulzura nos lleva a compartir el amor que nos viene de Dios y que nos hace amables, consecuentes, respetando la individualidad ajena. Con respecto a la inspiración celestial. acordaron que nos hace humildes, compasivos y solidarios, lo que nos capacita para recibir bendiciones de paz y armonía, y así transmitirlas a los que abrigamos en nuestro pensamiento.
En la antigüedad, el aceite se empleaba como combustible para las lámparas. El papá y el hijo pensaron que empleando estas cualidades que habían leído en la interpretación de ACEITE, podrían bendecir a todos a su alrededor.
El niño le comentó a su papá que en la escuela había compañeros que lo provocaban, agrediéndolo verbal y físicamente. El significado espiritual de ACEITE les mostró que, donde éste abunda, no puede haber lugar para asperezas.
El niño se hizo el firme propósito de verter este ACEITE en el trato con sus compañeritos, manteniendo iluminado su pensamiento, habiéndole explicado su papá que en la medida en que él demostrara para sí mismo el significado de ACEITE, sería "ungido" junto con sus amiguitos. Buscaron en un diccionario bíblico el significado de unción, y leyeron lo siguiente: "En la Biblia se usó la unción con significado espiritual; simbolizaba la consagración del ungido a Dios para una función particular dentro de los propósitos divinos". El niño pensó que seguramente Su Padre celestial lo había aprendido en el Sermón del Monte, donde dice: "Bienaventurados los pacificadores porque serán llamados hijos de Dios". Mateo 5:9. También comprendió mejor el significado espiritual del Salmo 23, en el versículo que dice: " ...unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando".
Varios días después, cuando regresó de la escuela fue a ver a su papá muy feliz de ser un "luminoso pacificador", porque su relación con sus compañeritos de clase había sanado a tal punto que ahora pertenecían al mismo equipo de estudio y jugaban juntos en perfecta armonía. Su copa estaba rebosando de gratitud.
Esto me llevó a pensar que nosotros también podemos verter unas gotas de ACEITE cuando escuchamos esos "chirridos" que indican que los problemas dentro y fuera de casa son abundantes, al extremo que parecen ser demasiado poderosos como para que individualmente podamos hacer algo. A veces, sólo basta pensar que el amor de Dios por todos nosotros es suficiente para solucionar todos los desafíos.
Este amor de Dios que todo lo abarca es suficiente cuando vemos que nuestras relaciones con los demás no marchan bien, o cuando observamos que la gente tiene muchos prejuicios. Asimismo, el amor de Dios también nos permite hacer frente a la indiferencia con que quizá nos enfrentemos en cuestiones del cuidado del medio ambiente, la flora y la fauna.
La oración, que es una de las propiedades de este ACEITE que Ciencia y Salud interpreta, nos permite percibir la paz de Dios en nuestros corazones, nos lleva a expresar armonía y así llegar a ser "luminosos pacificadores". Mary Baker Eddy también escribe en su libro Escritos Misceláneos: "De esto podemos estar seguros: de que los pensamientos alados de paz y amor exhalan una bendición silenciosa sobre toda la tierra, cooperan con el poder divino, y amparan sin saberlo la obra de Su mano". Escritos Misceláneos, pág. 152.
No puedo sentirte como el sol ardiente
porque el ocaso sería tu despedida,
la noche tu ausencia.
Prefiero verte
en la belleza intensa y cotidiana
que nutre de gloria los momentos efímeros,
en la exquisita brisa suave
con que los árboles se tiñen de mil otoños diferentes,
en las gotas de nube gris perla
cuando rozan sus labios en el horizonte infinito.
A Dios Madre/Padre, desde mi ventanilla
Barcelona, España