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Para niños

”Ady, ¡yo no quiero ir a dormir!”

Del número de septiembre de 2009 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Valentín tiene 5 años. Es de cabello rubio y tiene grandes ojos marrones de mirada inteligente. Es curioso por naturaleza y todo quiere saber. Hace un tiempo era una perorata de "¿Y por qué? ¿Y por qué? ¿Y por qué?" Es un niño feliz.

Pero hace un año Valentín no la estaba pasando muy bien. Tenía muchos miedos. No quería ir a lugares oscuros, no quería subirse a un coche que hiciera mas ruido de lo normal. Lloraba mucho y soñaba con monstruos.

A la abuelita de Valentín le gusta leer y aprender acerca de Dios y de lo bueno que es siempre con todos. Pero Valentín no sabía mucho de Dios.

Cuando un día fue a pasar la noche a la casa de su abuelita y llegó la hora de ir a la cama, le dijo: "Ady, yo no quiero ir a dormir porque cuando cierro los ojos vienen esos monstruos".

La abuelita empezó a orar a Dios para saber como ayudar a Valentín. Pensó que esto no era algo que había que arreglarlo mañana ni pasado, ni cuando él fuera grande. Porque a veces uno cree que total, mañana va a crecer y va a dejar de tener miedo. ¡No! Esto había que resolverlo ahora. Entonces la abuelita le dijo que se sentara a su lado para conversar.

—¿Quieres que te hable de Dios?

—Bueno—contestó suavemente Valentín.

—Dios te ama mucho porque Él es Amor. ¿Sabes qué es el amor?

—Si, yo amo a mi mamá—respondió el niño.

—Claro, y ese amor viene de Dios. Ese amor te abraza a ti, y cuando tú amas, lo haces porque Dios te ama a ti y Dios es solo Amor—le dijo su abuelita.

Ella también le dijo que Dios es Vida, que nos llena de alegría, y que como Él tiene todo el poder, nos da el poder a todos nosotros.

El niño miraba atento a su abuelita, mientras tanto ella oraba pidiendo a Dios que la ayudara para decir la palabra justa. Entonces se le ocurrió que al niño le gustaban mucho las historias, así que exclamó con firmeza y voz rimbombante: ¡Dios es el Rey! Él reina sobre todos nosotros. ¿Sabes lo que es un rey?

—Sí—contestó Valentín.

—Bueno, Dios es el Rey y nosotros somos sus príncipes. Tú eres un príncipe, y todo lo que tiene el rey se lo da al príncipe. Entonces, como Dios tiene todo el poder y Él te da el poder a ti, quiere decir que estás siempre cubierto con una armadura fuerte. Y con esa armadura tú puedes luchar contra el monstruo porque sabes que Dios tiene todo el poder. El monstruo entonces se va haciendo chiquitito hasta que desaparece, porque en realidad no existe. Es nada. Así que cuando te vengan al pensamiento esas cosas feas, tú te pones firme y dices: "¡No! ¡Yo soy el príncipe de Dios, y tú no tienes poder contra mi!" Así que acuérdate de esto y enfrenta a esos monstruos, porque tú sabes que Dios te quiere mucho y Él nunca, jamás, va a dejar que te pase algo malo.

Valentín miraba a su abuelita con sus hermosos ojitos. Y lo que escuchó le entró en el corazón, porque muy poco después se fue a dormir y esa noche durmió muy tranquilo.

Cuando se levantó a la mañana le dijo a su abuelita:

—Hoy no soñé, Ady, con eso.

—¡Viste cómo Dios te protege? —le respondió la abuelita. Y a partir de ese día Valentín empezó a usar lo que había aprendido de Dios.

Ocurrió que esa misma tarde fue al baño, y cuando regresó le contó a su abuelita: "Fui al baño sin encender la luz, porque Dios es el rey y yo soy el príncipe, así que no tengo miedo".

Ese día, desaparecieron todos sus miedos y no volvieron más.

Muy pronto Valentín quiso saber más sobre qué es Dios, así que ahora va todos los domingos a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana. Va muy feliz y él es el que pide ir. Y un domingo, cuando la maestra les dijo a los chicos: "Vamos a hablar un poquito de Dios", Valentín exclamó: "Dios es Vida, es Amor y es Todo-en-todo".

Cuando se enteró la abuelita se puso muy contenta y sintió mucha gratitud, porque Valentín dijo las palabras justas aunque nunca se las habían enseñado directamente.

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