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actualidad latina

Amor y determinación para frenar la violencia urbana

Del número de septiembre de 2009 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


De Nueva York a Detroit, de Los Ángeles a Guayaquil, Ecuador, y demás puntos intermedios, desde hace tiempo las pandillas son parte de la escena urbana. Nueva York tuvo sus primeras pandillas a mediados del siglo XIX. Hoy en día, guayaquil tiene más de 200 y Los Ángeles más de 800 pandillas, con cientos de miles de miembros.

En cierto sentido la actividad del bien es como un río muy caudaloso.

Alex Alanso, historiador y experto en pandillas, dice que no es posible librarse de ellas, aunque sí es posible encontrar la manera de frenar la violencia. Puesto que las fuentes más prolíferas de pandillas son familias que carecen de padre o madre, para él sería requisito, si fuera posible, que todos los padres estuvieran presentes para criar a sus hijos.

En 1999, Nelsa Curbelo fundó Ser Paz. Esta organización ofrece entrenamiento y educación, así como pequeños préstamos para que los jóvenes puedan comenzar sus propios negocios, y de esa forma ayuda a los miembros de las pandillas de Guayaquil, Ecuador, a reintegrarse a la sociedad. En esta ciudad de tres millones de habitantes, por lo menos 60.000 jóvenes son miembros de pandillas.

La perspectiva de Curbelo es algo diferente a la de Alanso, pero la coincidencia en cuanto a la familia es clara. A través de su labor en Guayaquil y el resto to del país con las pandillas, dice que las razones que las Ilevan a su formación no son económicas, sino que surgen de la necesidad que tiene una persona de sentir afecto y estar en un grupo donde lo traten como un igual, donde haya solidaridad y se pueda sentir protegido. "In Ecuador, gang members trade guns for scissors and nail polish, www.csmonitor.com/2009/0122/p01s03-woam.html.

En la ciudad de Detroit, Estados Unidos, Eleanor Josaitis cofundó Focus Hope, donde las minorías menos representadas han encontrado acceso a la educación y entrenamiento. A lo largo de 40 años, cientos de jóvenes se han graduado con todo éxito y han podido conseguir trabajo y desarrollar carreras mediante este programa.

De modo que, hay un lado opuesto al de la mera evidencia externa de que las pandillas son sólo centros de violencia. Las pandillas pueden brindar unsentido sentido de familia, aprobación, respeto y protección a sus miembros. No obstante para reducir la violencia a la que éstos son propensos, es necesario encontrar la manera de darles esperanza para el futuro, que puedan tener educación y trabajo, y que los padres sean verdaderamente un modelo para sus hijos.

Dios: el Padre que jamás está ausente

Parece que el factor más importante para disminuir la cantidad de miembros de una pandilla, y así anular la violencia urbana, es que los hombres asuman la responsabilidad de criar a sus propios hijos. Nuestras oraciones pueden contribuir a que ellos acepten esta relación importante y natural. En Ciencia y Salud Mary Baker Eddy escribió acerca de la importancia de Dios como un Padre universal: "Debiera entenderse a fondo que todos los hombres tienen una sola Mente, un solo Dios y Padre, una sola Vida, Verdad y Amor". Ciencia y Salud, pág. 467. Dios como Padre y Madre del universo nunca está ausente, ni siquiera en las zonas superpobladas de las grandes ciudades.

Las oraciones en apoyo de la relación inseparable que tiene cada uno con la Mente única, el Padre único, promueve la estabilidad y la dependencia allí mismo donde existe la determinación de "estar aquí hoy y mañana irse". El Padre divino les hable constantemente a Sus hijos—y esto incluye a padres y abuelos, a primos, tías y tíos—brindando muchas ideas buenas y útiles, así como los medios para concretarlas. La oración puede ayudar a que todos estén realmente dispuestos a escuchar y a obedecer esta guía.

Cuando invade el desaliento, la oración que busca inspiración y fortaleza para seguir adelante nunca deja de ser respondida. La Mente única y el Padre de todos generosamente imparte las ideas y percepción espiritual necesarias a Sus hijos.

Aun cuando el padre biológico del niño o la niña no esté presente, él o ella no tienen por qué privados de las cualidades paternas, tal como amor, inteligencia, sabiduría, seguridad y fortaleza. Siempre pueden encontrarlas en un maestro, un amigo o un vecino, y es justo reclamar estos modelos mentales positivos para la gente joven.

Es aquí donde la identidad de Dios como Padre y Madre tiene tanto valor práctico en la oración. Allí mismo, donde no hay un padre biológico, o donde una mamá puede que rara vez esté en casa porque tiene dos trabajos, Dios, como Espíritu, Amor, Mente, está tiernamente desempeñándose como padre y madre, tanto para los niños como para los mismos padres. La paternidad y maternidad de Dios encuentra maneras de expresarse en la escena humana que muchas veces no podriámos anticipar, tal vez participando en un deporte o incluso a través de las pandillas que desarrollan actividades productivas.

Los humildes héroes que mencioné antes han tenido éxito porque partieron de la base de que muchos miembros de pandillas aman profundamente a sus hijos, tanto biológicos, como a aquellos que se unieron porque fueron abandonados o escaparon de sus hogares. Estos niños anhelan tener una vida satisfactoria, a salvo de la violencia. Cada uno de nosotros puede insistir en que hay esperanza para los miembros de las pandiilas y sus familias. El Apóstol Pablo dijo: "En esperanza fuimos salvos". Romanos 8:24.

La carrera anterior de Pablo, en la que amenazaba a los seguidores de Jesús, es un ejemplo de buenas intenciones que terminaron mal. Se ha señalado que Dios no cambió de ningún modo la naturaleza de Pablo; Él no cambió su fervor por hacer lo correcto su perseverancia ni su compromiso con una causa. Lo único que hizo Dios fue ajustar el camino de Pablo y, al darle un giro de 180 grados, redirigió las excelentes cualidades de Pablo, para que en vez de aterrorizar y destruir, unificara y sanara a la gente.

La paternidad espiritual que cambió totalmente la vida de Pablo, está presente hoy porque la paternidad de Dios es imparable. Responde a la necesidad humana de tener una familia, un hogar, un trabajo, y esto incluye a los cientos de miles de miembros de pandillas de todo el mundo. Dios no se deja impresionar por los números, la condición social ni la geografía. Su paternidad opera las 24 horas, los 7 días de la semana, y puede atravesar barrios, territorios de pandillas, límites estatales e internacionales.

Busca el bien

La seguridad que ofrecen las costumbres de una pandilla—afecto, igualdad, respecto, seguridad y unidad—no es algo malo. Estas cualidades son un beneficio en toda familia o comunidad sana. Al hablar de los miembros de pandillas con los que está trabajando, Curbelo dice que ella no trata de que los chicos dejen las pandillas, sino de ayudar a que el propósito de las mismas sea más positivo, brindándoles la posibilidad, entre otras cosas, de que puedan obtener una pequeña ayuda económica.

A medida que insistamos mentalmente en que es el Espíritu divino y liberador el origen de todos, y que no somos el fruto de una familia quebrantada, un barrio pobre, o cualquier otra circunstancia, será mucho más fácil que todos acepten la idea de que podemos expresar mejor las cualidades de una familia sin violencia. En el bien infinito que es Dios, el mal no tiene lugar ni actividad donde aferrarse. Esto nos permite centrar nuestra atención menos en las personas, lugares o problemas, y más en saber en qué consiste realmente la acción del bien.

En cierto sentido la actividad del bien es como un río muy caudaloso. Para él las rocas, aún las más grandes, no representan problema alguno. El río sigue adelante y fluye alrededor de ellas. El río tiene un propósito a largo plazo: Ilegar al océano; y la ley de la gravedad asegura que nada interfiera con esa meta.

Dios, el bien, también tiene un propósito: que se Lo exprese plenamente, como todo el bien que hay en todo lo que existe. La omniacción del bien da comienzo y apoya la paz, la armonía y el progreso. Nuestras oraciones pueden percibir el poder de la bondad de Dios para neutralizar todo aquello que sea desemejante a ese poder. Los obstáculos—en forma de depravación y desaliento social—ceden al flujo persistente del río de la vida para que se cumpla el propósito de Dios en la experiencia humana.

Nuestra convicción en este movimiento de bien abre el camino para que se efectúen cambios que beneficiarán a la sociedad en general, así como a nuestros barrios y a los miembros de las pandillas. El hecho de que gente de un valor y dedicación fuera de lo común haya tenido y tenga éxito para cambiar vidas en algunas de las zonas más difíciles del mundo, demuestra que este progreso es posible y es una realidad presente.

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