Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Niño sana de una fractura

Del número de julio de 2010 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Una mañana, me llamó la maestra de mi segundo hijo, de 6 años, para decirme que se había caído sobre un brazo y no podía moverlo. Ni bien me enteré, comencé a orar reconociendo que el niño era el hijo amado de Dios y estaba bajo Su cuidado. Mi marido fue a recogerlo de inmediato y lo trajo a casa.

Juntos los tres oramos el Padre Nuestro y cantamos himnos del Himnario de la Ciencia Cristiana. Cuando nos tranquilizamos, seguimos cada uno orando para reconocer la realidad de la Creación de Dios. Esos días fueron de mucho acercamiento al Amor divino y de unión entre los miembros de la familia.

Aunque no se quejaba de dolor, el niño no se atrevía a mover el brazo. Como yo sentía gran inquietud llamé a una practicista de la Ciencia Cristiana quien nos brindó apoyo por medio de la oración y me habló con mucha ternura y amor.

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / julio de 2010

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.