Nunca antes había escuchado el término “síndrome del impostor”, hasta que asistí a una charla sobre el tema, parte de una serie que dio mi universidad para ayudar a los estudiantes graduados a enfrentar el estrés de la escuela de graduados. Me enteré de que ese término se usa en el mundo académico para describir la sensación de que estamos “fingiendo”, que realmente no sabemos todo lo que sabemos como personas de gran conocimiento, y no somos tan inteligentes como nuestros logros intelectuales sugieren. Después de estar muchos años en la escuela de graduados y en el mundo académico, yo conocía muy bien ese sentimiento.
La animada charla terminó con la historia de un académico mundialmente famoso que, poniendo en duda sus habilidades, le dijo a alguien: “Yo me las he rebuscado para engañar a todos para que piensen que soy un experto en mi especialidad y un intelectual brillante”.
La charla me abrió los ojos en muchos sentidos. Una cosa que me enseñó fue que debía despersonalizar esos sentimientos impostores. Siempre había pensado que era la única que sentía que no sabía lo suficiente en mi campo de estudio, y como que tenía que pretender que sabía. Pero entonces me di cuenta de que este sentimiento de inferioridad es común en el mundo académico. Hay mucho conocimiento rondando allá afuera hoy en día sobre todos los temas, y cuando estás rodeado de tantos eruditos brillantes, es fácil sentirte inseguro respecto a tus logros y habilidades.
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