Cristo Jesús era un sanador espiritual notable. Aquellos que anhelan entender qué sabía, que comprendía espiritualmente para que se produjera la curación, continúan aún hoy estudiando detenidamente sus obras sanadoras como se encuentran en la Biblia.
Al leer esos relatos de curación, es posible que comencemos a darnos cuenta de que Jesús parecía prestar muy poca o ninguna atención a la apariencia física de aquellos que se le acercaban para ser sanados. Podríamos llegar a la conclusión, entonces, de que la atención de Jesús se centraba, en cambio, en la realidad espiritual de esa persona como creación perfecta de Dios; y puesto que Jesús reflejaba esta verdad espiritual, dicho reflejo era suficiente para despertar la consciencia de esa persona y para que esta fuera receptiva a su pureza y perfección innatas. Y como resultado se producía la curación.
A fin de ayudar a sus discípulos a que comprendieran cómo se lograba esta curación, Jesús los guiaba continuamente para que alcanzaran la comprensión espiritual y verdadera del Cristo, la idea divina de Dios que él expresaba tan plenamente. Su ejemplo y enseñanzas también nos ayudan a nosotros hoy, como discípulos modernos de Jesús, a comprender la verdad espiritual para que podamos seguirlo al sanarnos a nosotros mismos y a otros.
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