El eterno Amor está aquí mismo,
Justo donde tú estás, y en todas partes,
Abriendo paso en el camino señalado.
El eterno Amor está aquí mismo,
Aunque tu alma se sienta como hojas marchitas,
Pensamientos de otoño y de “no puedo”…
El eterno Amor está aquí mismo,
Dulce Jardinero que nutre, fortalece,
Renovándote como huerto bien regado.
Florece en ti la idea de la Vida siempre nueva,
Expresándose en frutos continuos del Espíritu:
Desplegando constante bondad, verdad y paz; perenne primavera.
El eterno Amor está aquí mismo,
Paciencia y esperanza restauradas,
Eres capaz de hacer más y mejor.
Entonces sientes tu verdadero ser, en alegría,
Cual manantial que fluye burbujeante,
¡Fresco, inagotable en gratitud!
—Mónica B. Esefer Passaglia
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