Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer
Original Web

“Ayuno” en tiempos de crisis económica

Del número de febrero de 2019 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 11 de diciembre de 2018 como original para la Web.



Aquellos que estuvieron pendientes de las noticias de Angola en los últimos años, pueden entender cómo la crisis económica ha cambiado las costumbres de la gente de muchas maneras, respecto a su vida profesional, hábitos de consumo y estilos de vida. Muchas compañías u organizaciones han cerrado sus puertas y despedido a sus empleados. Gran número de personas han emigrado de Angola por problemas financieros y otras razones.

Por otro lado, el estudiante de la Ciencia Cristiana sabe que podemos orar con la verdad absoluta, comprendiendo que, como escribe Mary Baker Eddy en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras: “La Ciencia Cristiana afecta toda la corporalidad —a saber, la mente y el cuerpo— y presenta la prueba de que la Vida es continua y armoniosa. La Ciencia neutraliza el error y a la vez lo destruye. La humanidad mejora por esta patología espiritual y profunda” (pág. 157).

En 2016, fui despedido de la compañía de construcción para la que había trabajado cinco años. La empresa no tenía fondos para pagarle a sus proveedores fuera de Angola, en consecuencia, el gobierno central estaba cancelando muchos de los proyectos importantes de la misma.

Cuando recibí la noticia, me atemoricé mucho porque nuestra familia ya estaba establecida en esa provincia, en la ciudad de Huambo en el sur de Angola, y el negocio de mi esposa estaba empezando a florecer. Nos gustaba mucho la ciudad, con su clima y la humildad de sus habitantes. Después del nacimiento de nuestro segundo hijo, habíamos comprado un lote para construir nuestra propia casa. Pero con la cancelación de mi contrato, nos vimos forzados a interrumpir la construcción y a pensar en mudarnos a otra ciudad. Fue una época muy penosa para mi esposa, mis hijos y para mí. Después de orar y reflexionar durante casi un mes, decidimos regresar a Luanda, capital de Angola.

Una vez en Luanda, decidí hacer lo que sé hacer: “ayunar” durante varias semanas. Ahora bien, antes de que pienses que estoy hablando de dejar de comer, quiero decirte que a mí realmente me gusta mucho comer y no soporto estar horas y horas sin comer algo. Entonces ¿a qué me refiero con el ayuno? ¿Pensaste que iba a privarme de comer? ¡No! Desde mi perspectiva, ayunar significa abstenerme de pensar como piensa el mundo, en otras palabras, abstenerme de creer en lo que los sentidos materiales engañosos informan.

Me dije a mí mismo que esta difícil situación era una oportunidad para probarme a mí mismo una vez más que Dios, el Espíritu, es Todo, y que somos espirituales y nadie está fuera del reino de Dios y Su cuidado. Necesitaba dedicarme a reconocer la verdad de que Dios es real, perfecto, permanente y está perpetuamente activo. Para mí, ayunar es hacer lugar para el sentido espiritual, al cual Ciencia y Salud define de esta manera: “El sentido espiritual es una capacidad consciente y constante de comprender a Dios” (pág. 209). Esta capacidad consciente y constante nos ayuda a ver más allá de la escena mortal y a reconocer los hechos espirituales reales que Dios nos brinda las 24 horas del día.

Después de partir de esta premisa, decidí enviar muchas copias de mi currículo a varias agencias de empleo y compañías, sabiendo por experiencia que no debía trazar un plan. Trazar quiere decir que pensamos que debemos encargarnos de hacer un plan humano, y después Dios puede “operar” de acuerdo con lo que nosotros pensamos que debe ocurrir. Pero Dios no cumple con la voluntad humana. En Ciencia y Salud la Sra. Eddy escribe: “El poder de la voluntad humana debiera ser ejercido únicamente en subordinación a la Verdad; de lo contrario, guiará mal el juicio y soltará las propensiones más bajas. Es de la incumbencia del sentido espiritual gobernar al hombre” (pág. 206).

Al darme cuenta de que las respuestas a mi currículo que tanto esperaba no llegaban, decidí ayudar a un amigo a organizar la administración de su pequeño negocio sin cargo alguno.

Tenía la certeza de que Dios, el Principio divino, es el único y solo proveedor. No necesitaba sentirme triste o frustrado. Cuando me embargaban pensamientos de tristeza, el Salmo 23 me llenaba de alegría, la alegría de comprender que, dado que “el Señor es mi Pastor”, nada me podía faltar. No le rogaba a Dios que me diera algo, sino que día tras día percibía que mi familia y yo vivimos en Dios, el Amor infinito, aquí y ahora, y en Dios todo es armonioso y permanente. Cristo Jesús reveló que el reino de Dios está presente.

Toda esta experiencia fue para mí otra prueba más de que Dios está siempre con nosotros, que coexistimos con Dios dondequiera que estemos.

En base a estas verdades, sabía que debía comprender que todas las imágenes y noticias sobre la crisis no venían de Dios, el Amor divino. En realidad, podía verlas como puras mentiras, una ilusión. Los problemas no pueden ignorarse, pero, en Dios donde vivimos aquí y ahora, no existe la crisis, no hay desempleo, no hay contrato terminado, no hay proyecto cancelado. Dios es Todo-en-todo, y lo que sugiere el materialismo es una mentira.

Mi estado de “ayuno” me permitió verme a mí mismo como Dios me ve. Él no me estaba viendo como un hombre desempleado o como un mortal lleno de responsabilidades y preocupaciones, con una personalidad finita y mediocre. En Ciencia y Salud leemos: “Todo lo que indica la caída del hombre, o lo opuesto de Dios o la ausencia de Dios, es el sueño-Adán, que no es ni Mente ni hombre, pues no fue engendrado por el Padre” (pág. 282). Esa página luego habla acerca de la “regla de la inversión” en metafísica.

De manera que, ¿cómo se aplicaba esto a la crisis en mi país y a mi situación? Mi ayuno tenía que ver con la ley de la inversión: deducir el opuesto del error (el cual son las creencias finitas que se manifiestan en compañías en quiebra, finanzas inestables, etc.). El opuesto es la Verdad, al impartir la comprensión de que la Mente es la única Vida, que no hay otra existencia verdadera separada de Dios, y que con Dios no existe la escasez.

Recuerdo la reacción de mi esposa cuando me llamaron para una entrevista en una fábrica y línea de distribución de whiskey. Después de la entrevista, agradecí a los entrevistadores por haberme elegido para el puesto, pero no lo acepté por razones éticas. Mi esposa se puso muy triste y un poco molesta conmigo, porque esa entrevista había sido la primera en cuatro meses de espera.

 Después de una larga discusión, hablamos acerca de cómo la comprensión espiritual bajo la luz de la Ciencia Cristiana nos había llevado hasta allí, y decidimos leer el Salmo 18 todas las noches. Comprendimos que solo Dios es la fuente del bien, y que el bien para Su hijo nunca había dejado de manifestarse. Recuerdo que imprimí dos hojas de papel con las palabras: “En la Mente divina no hay ninguna oportunidad perdida. Cuando una puerta se cierra otra se abre”. Pegué esto en la puerta de nuestro dormitorio.

No mucho después, una agencia de empleos me llamó para tener una entrevista al día siguiente. Me presenté a la hora acordada y me eligieron. Luego firmé un contrato con un sueldo que era tres veces más alto que el de mi último trabajo. Esto ayudaría a responder a las necesidades de mi familia. Y me sentí muy agradecido cuando descubrí que el lugar que me habían asignado para trabajar de lunes a jueves quedaba a diez minutos caminando desde mi casa.

Y sumado a esa bendición, cuando Segunda Iglesia de Cristo Científico, en Luanda, donde soy miembro, necesitó nuevos Lectores, participé en las elecciones y me eligieron Segundo Lector.

Toda esta experiencia fue para mí otra prueba más de que Dios está siempre con nosotros, que coexistimos con Dios dondequiera que estemos, y que las ideas espirituales están a nuestro alcance y se aplican a todos. Cuando el poder del Espíritu, del Amor y la Verdad divina, llena la consciencia humana, probar la Verdad se vuelve inevitable. La Sra. Eddy nos dice: “La pregunta: ¿Qué es la Verdad?, es contestada mediante la demostración, sanando tanto la enfermedad como el pecado; y esta demostración enseña que la curación cristiana confiere el máximo de salud y produce los mejores hombres” (Ciencia y Salud, pág. viii); y esto se aplica también a la provisión abundante.

La Ciencia Cristiana nos enseña a eliminar el error de nuestro pensamiento de inmediato.

La Ciencia Cristiana nos enseña a eliminar el error de nuestro pensamiento de inmediato. Ciencia y Salud dice: “El escultor se vuelve del mármol a su modelo a fin de perfeccionar su concepción. Todos somos escultores, elaborando variadas formas, moldeando y cincelando el pensamiento. ¿Cuál es el modelo ante la mente mortal? ¿Es la imperfección, el gozo, el pesar, el pecado, el sufrimiento? ¿Has aceptado el modelo mortal? …

“Para remediar esto, debemos primero volver nuestra mirada en la dirección correcta, y luego seguir ese camino. Debemos formar modelos perfectos en el pensamiento y mirarlos continuamente, o nunca los tallaremos en vidas grandes y nobles” (pág. 248).

Cada vez que leo este pasaje veo la necesidad de estar constantemente “ayunando” del error y recibiendo la verdad en mi pensamiento, y también veo el crecimiento espiritual que trae esta práctica. Ahora considero que este “ayuno” de la forma de pensar del mundo, es un arte. Es una forma de glorificar a Dios; no es algo para hacer por un rato y luego dejarlo. Es una forma de vivir sumamente enriquecedora.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / febrero de 2019

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.