Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer
Original Web

Para jóvenes

El dolor no es normal

Del número de marzo de 2019 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 29 de enero de 2019 como original para la Web.


Estaba acostumbrada a sufrir cada mes con los dolores menstruales. Para ser sincera, me parecía que el dolor era algo normal. Mis amigas lidiaban con el mismo problema, y la mentalidad era que no había nada que pudiéramos hacer al respecto, excepto quizás tomar medicamentos para aliviar el dolor temporalmente.

Una vez, cuando viajaba desde mi casa en Río de Janeiro para ver a mis abuelos en otro estado de Brasil, el dolor se hizo tan intenso que comencé a sentir que podía desmayarme. Pero había estado asistiendo a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana, donde aprendí que Dios me ama y me cuida siempre. En ese momento, pude orar con esta idea sanadora, y en una hora el dolor desapareció. Sin embargo, sabía que quería una curación permanente, por lo que comencé a pensar más en algunas de las cosas que había aprendido en la Escuela Dominical.

Durante mucho tiempo, había estado confundida con la historia de Adán y Eva en la Biblia. Ellos fueron expulsados del paraíso y fueron maldecidos a luchar y a sentir dolor, debido a un error. Para mí, no tenía sentido que Dios, al tener todo el poder y ser todo el bien, pudiera crear algo capaz de hacer algo tan malo, como crear un hombre y una mujer que fueran desobedientes. Y si de alguna manera Dios creó algo que resultó ser un error, ¿por qué no corregirlo en lugar de castigarlo por el resto de la eternidad? Puesto que Dios es todopoderoso, Él ciertamente podría haber hecho eso.

Lo que aprendí en la Escuela Dominical me ayudó a aclarar mis dudas. Aprendí que la historia de Dios maldiciendo a la mujer y al hombre y condenándolos al sufrimiento, puede que sea llamada la historia de la creación, pero lo que representa es en realidad lo opuesto a la creación real y verdadera, que es espiritual y completamente buena, como lo es Dios. De hecho, lo que realmente explica la creación del hombre y la mujer verdaderos, es la descripción de la creación en el primer capítulo del Génesis, en la que los hijos de Dios son bendecidos y buenos “en gran manera”. Me pareció útil estudiar el primer capítulo del Génesis, así como el capítulo de Mary Baker Eddy llamado “Génesis” en su libro Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, que muestra por qué solo la creación espiritual es real.

Un par de meses más tarde, mientras me preparaba para un examen importante, sentí que el dolor volvía de nuevo. Inmediatamente volví a pensar en esas lecciones de la Escuela Dominical: que estoy hecha a semejanza de Dios, por lo que no fui condenada a sufrir. Al principio traté de seguir estudiando y orando al mismo tiempo, pero pronto me di cuenta de que tenía que dejar de hacer lo que estaba haciendo y realmente pedirle ayuda a Dios.

La primera idea que me vino fue escuchar el Daily Lift (Pensamiento de hoy) de la Ciencia Cristiana. Cuando ingresé a la página del Daily Lift en christianscience.com, el primer Lift que vi era el de una estudiante universitaria que estaba hablando de una curación que había tenido. El pensamiento que me llamó la atención fue lo que dijo respecto a por qué es posible no creer una mentira. Señaló que cuando estás realmente seguro de lo que es verdad, entonces no pueden engañarte si alguien te dice una mentira. Si sabes que una pared está pintada de rosa y has visto que es rosa, no importa si alguien hace todo lo posible por convencerte de que la pared es de color gris. No importa cuán fuerte o cuántas veces repitan la mentira, no cambia nada, porque tú sabes la verdad.

Me di cuenta de que, puesto que sabía que Dios creó todo y lo creó bueno, y que Él nos creó a Su imagen y semejanza, entonces cualquier otra historia de la creación tenía que ser una mentira. La sugestión proveniente de la historia de Adán y Eva de que las mujeres tenían que ser castigadas por generaciones, también era una mentira. Comprendí que mi única identidad es como la niña inocente del Todopoderoso. Y este pasaje de la Biblia me vino al pensamiento: “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).

Y lo hizo. Así de fácil sané del dolor y pude volver a estudiar como si nada hubiera pasado. Y la curación no solo fue completa en ese momento, sino que también ha demostrado ser permanente. Nunca he vuelto a sufrir de esos dolores mensuales de nuevo.

Estoy muy agradecida por lo que la Ciencia Cristiana me ha enseñado acerca de que el dolor no es algo que debemos considerar normal, porque Dios nos hizo libres.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / marzo de 2019

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.