¿Te has preguntado alguna vez adónde fue todo el amor en tu vida?
Hace años, varios miembros de mi familia fallecieron en un lapso muy corto. Sentí que con ellos había perdido todo su amor, y la vida parecía ser un misterio imposible de resolver. También me fascinaba la muerte; los cómo y por qué de todo eso. Más tarde aprendí, por medio de las enseñanzas de la Ciencia Cristiana, que estos sentimientos de pérdida, temor y confusión pueden sanarse con la oración.
Fue durante esa época que empecé a estudiar más detenidamente el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por Mary Baker Eddy. Esta frase corta se destacó claramente: “La existencia mortal es un enigma” (pág. 70). ¡Era así exactamente como me sentía! Mi experiencia parecía ser todo un misterio. Pero al continuar con mi estudio y oración, fue claro para mí que Dios es la Vida misma, y que el hombre, la creación de Dios, es la expresión de la Vida. La confusión que proviene de “la existencia mortal” comienza a desaparecer a medida que nuestra verdadera identidad espiritual sale a la luz.
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