En una ocasión, tenía dificultades con uno de mis brazos, pues, me dolía y no podía moverlo con libertad. El dolor aumentó al punto de no poder levantarlo por encima del hombro. Me había apoyado en la Ciencia Cristiana para sanar durante varios años, así que era natural para mí recurrir a ella en este caso.
Durante esa época, nuestra iglesia había estado hablando sobre la posibilidad de mudarnos a un lugar más público, pero había distintas opiniones al respecto. Yo estaba preocupada porque me parecía una falta de progreso.
Al orar, tanto por el problema del brazo como por la situación de la iglesia, y estudiar la Biblia y los escritos de Mary Baker Eddy, estaba aprendiendo más acerca de la sustancia de Dios como Espíritu infinito y que el Espíritu constituye la ley y la estructura de toda la creación de Dios. Un pasaje de la Biblia me ayudó a comprender esta estructura espiritual: también me ayudó a ver que esta comprensión es esencial para el gobierno adecuado tanto de una iglesia como del cuerpo. Al hablar de la Iglesia como el cuerpo de Cristo, el escritor de Efesios nos dice que el Cristo “hace que todo el cuerpo encaje perfectamente. Y cada parte, al cumplir con su función específica, ayuda a que las demás se desarrollen, y entonces todo el cuerpo crece y está sano y lleno de amor” (4:16, NTV).
En este versículo, siento que el escritor nos ofrece una explicación del Cristo, la Verdad, que nos capacita para demostrar la ley de armonía de Dios, ya sea la necesidad de armonía en una organización o en el cuerpo. Tenemos la tendencia a pensar que el cuerpo es una colección de partes materiales, y que las organizaciones son una colección de individuos dispares, y nosotros creemos que una parte puede restringir o interferir con la actividad de otras partes.
Pero puesto que Dios es el Espíritu infinito único, la Mente, el universo y el hombre, al reflejar a Dios, están constituidos por un todo coordinado. No hay enfermedad ni en Dios ni en Sus ideas. Esta verdad me estaba ayudando a entender que tanto el cuerpo como una organización operan armoniosamente cuando están gobernados por el Cristo, la Verdad. Cuando el pensamiento está espiritualizado, y es por lo tanto controlado por el Espíritu, no la materia, el funcionamiento es pacífico, sin ningún estrés o molestia restrictiva. Cada miembro puede continuar funcionando libremente sin restricción cuando está guiado por el Amor divino en lugar de la voluntad personal.
Además, en su libro Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, Mary Baker Eddy define parcialmente Iglesia como “La estructura de la Verdad y el Amor; todo lo que descansa sobre el Principio divino y procede de él” (pág. 583). Habiendo trabajado en las industrias de la construcción y arquitectura, sabía que los edificios están constituidos por la relación de un miembro estructural con otro. La Verdad y el Amor son nombres para Dios, y yo podía ver claramente que la estructura de la Verdad y el Amor está constituida por la relación armoniosa de todas las ideas de Dios unas con otras. Esta relación ordenada por Dios no incluye dolor, cargas, puntos de fricción o falta de actividad saludable. Esta verdad no solo ayudó a eliminar las cargas que yo había estado sintiendo y un falso sentido de responsabilidad personal, sino que también trajo menos ansiedad en mis relaciones personales. Estaba comenzando a ver cómo la ley del Amor apoya y motiva toda acción útil.
Sorprendentemente, el resultado de mi oración fue que me sentí guiada a responder y aceptar oportunidades para hacer servicio comunitario, tal como servir como capellán voluntaria de la Ciencia Cristiana para el trabajo institucional en las prisiones. También me concentré en manifestar gratitud por lo que cada miembro estaba contribuyendo. Todos experimentamos una paciencia y un amor cada vez más grandes los unos por los otros.
Un domingo, al salir del servicio religioso, me di cuenta de que podía usar el brazo con libertad, y había recuperado totalmente la movilidad. Y este problema específico nunca volvió a presentarse.
Varios años después, la iglesia decidió mudarse, y los miembros parecieron apoyar y estar contentos con el cambio. Todos continuamos trabajando juntos armoniosamente, agradecidos por las contribuciones de cada uno, y es maravilloso sentir el espíritu de amor, libertad y unidad que expresan los miembros.
Estoy muy agradecida por la verdad sanadora de la Ciencia Cristiana que siempre nos capacita para ahondar en nuestra comprensión de la sustancia espiritual y el universo que Dios crea. Esta revelación del Cristo, la Verdad, trae curación y restauración.
Cindy Martin
Norte de California, EE.UU.