Los primeros barómetros, que estuvieron disponibles al público a partir del siglo XVII, usaban mercurio. Si bien hoy en día es más común otro tipo de barómetros, los de mercurio aún se utilizan en muchos lugares. El mercurio en el tubo vertical sube o baja dependiendo de la presión atmosférica alrededor del instrumento, y una variación en el nivel del mercurio puede predecir los sistemas meteorológicos inminentes. Un aumento en el mercurio a menudo significa que se avecina un cielo despejado o estable.
En el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, Mary Baker Eddy usa esto como una metáfora cuando escribe: “El mercurio de la moral del hombre, al subir o bajar, registra su capacidad sanadora y su aptitud para enseñar” (pág. 449). En otras palabras, la conducta moral de un individuo está directamente relacionada con su capacidad para sanar (véase también Ciencia y Salud, pág. 104:19–23). Quizás sea útil notar que antes de nombrar su descubrimiento “Ciencia Cristiana”, la Sra. Eddy inicialmente lo llamó “Ciencia Moral” (véase Mary Baker Eddy: Christian Healer, Amplified Edition, pp. 81–82).
En una sociedad moderna cada vez más recelosa de hablar sobre la moralidad y que con frecuencia se opone a hacerlo, puede ser difícil hablar detenidamente sobre un tema tan vital. Gran parte de esta resistencia puede que venga de la creencia en que la moralidad está basada en una cultura humana siempre en evolución, y en las variadas perspectivas humanas que resultan al haber tantas mentes en conflicto. Sin embargo, la Ciencia Cristiana revela que la moralidad básica emana de la Verdad eterna, Dios, la cual no puede cambiar. Por lo tanto, la moralidad una expresión de la Verdad, tampoco puede cambiar. Lo que es hoy una conducta moral correcta, ciertamente era correcta hace miles de años, y continuará siéndolo. La verdad subyacente de los Diez Mandamientos era verdad mucho antes de que Moisés pisara el monte Sinaí. Esto también es verdad para las verdades eternas reflejadas en las Bienaventuranzas, que dio Cristo Jesús. La Biblia está llena de lecciones eternas sobre la moralidad en la vida y enseñanzas de profetas, apóstoles y, por supuesto, Jesús.
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