Christian Kongolo es un hombre de raza negra que vive en Oslo, Noruega, y que a menudo ha tenido que lidiar con el hecho de ser “diferente”. No obstante, admitió, no fue sino hasta hace poco que comenzó a ver la importancia de abordar temas como el racismo de una manera que genere un cambio más marcado y perdurable. Él conversó con Jenny Sawyer, del Sentinel, sobre cómo ha estado pensando, orando y hablando sobre el racismo con las personas de su entorno.
Christian, cuéntanos cuál era tu posición respecto a algunos de estos temas relacionados con la raza hasta hace seis meses.
Tan solo como un ejemplo, escuchaba decir que la gente quería que hubiera una mayor representación de personas de color en las películas. Honestamente, yo no veía la necesidad de hacerlo. Me crié como Científico Cristiano, y siempre he tenido la tendencia a concentrarme en otras cosas en lugar de en la apariencia o el color de la piel de las personas, porque aprendí en la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana que nuestra identidad —nuestra identidad espiritual como Dios, el bien, la creó— va más allá de estas características físicas. Esto no quiere decir que la diversidad no sea importante; lo es. Simplemente no era algo en lo que pensara tanto.
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