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Original Web

Encuentra una conexión genuina

Del número de octubre de 2021 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 18 de octubre de 2021 como original para la Web.


Trabajar con niños en un programa comunitario de lectura después de la escuela fue una gran experiencia. Estaba llena de interacciones afectuosas con una maravillosa diversidad de participantes y personal. Pero hay una relación en particular que se destaca por la forma en que encontramos una cálida conexión después de un comienzo frío.

Había una persona a quien respetaba mucho por sus años de dedicación a este programa. Pero al comienzo hubo una desconexión entre nosotras. Veníamos de orígenes muy diferentes, y yo tendía a sentirme insegura cuando estaba cerca de ella, y no sabía qué decir o cómo relacionarme. También éramos de razas diferentes, y en el fondo me preocupaba que el contexto de las relaciones raciales pasadas y presentes en nuestro país nos impidiera conectarnos genuinamente.

Por un tiempo manejé esto manteniendo un perfil bajo y tratando de evitar cruzarme con ella. Pero esto no parecía ser correcto en absoluto. Afortunadamente, por fin se me ocurrió que esta relación merecía la oración más sincera que podía darle, para obtener una visión más cercana a lo que Dios estaba viendo; esa perspectiva que sana divisiones de todo tipo.

Cuando comencé a orar, esto me vino al pensamiento: “¡Deja de angustiarte por tus propias preocupaciones y ocúpate de amar!”. Esto fue una llamada de atención. La Biblia nos anima “Ámense unos a otros con un afecto genuino y deléitense al honrarse mutuamente” (Romanos 12:10, NTV). Había estado tan atrapada en mi propia inseguridad que me impedía amar genuinamente a esta persona y abrazar con libertad la conexión que compartíamos como hijas de Dios, que es el Amor puro e infinito.

De mi estudio de la Ciencia Cristiana estoy aprendiendo que más allá de una simple definición humana de nosotros mismos, nuestra identidad está más profundamente arraigada en la naturaleza infinitamente amorosa de nuestro creador divino. Así que realmente amarnos unos a otros en el sentido más elevado es reconocer que la identidad de todos en verdad se origina en Dios.

Comprender, a través de la oración, que no podemos separarnos del Amor divino fundamentalmente nos libera de las inseguridades y temores que obstaculizarían nuestra libertad de reflejar hacia los demás el amor que Dios expresa en todos. Me encanta especialmente la forma en que lo expresa esta estrofa del nuevo Suplemento del Himnario de la Ciencia Cristiana: 

Aunque nuestros miedos puedan distanciarnos y dividirnos,
     busquemos disolverlos a través del amor. 

Somos hermanas y hermanos, unidos unos a otros,
      uno con nuestro Padre en el cielo.

(Mindy Jostyn, N° 524, alt. © CSBD)

Comencé a sentir un parentesco divino con esta colega, viendo más allá de los parámetros humanos de nuestras identidades y vislumbrando la luz del amor de Dios que resplandece en nosotros y en nuestras actividades. Por ejemplo, estaba profundamente agradecida por el gran corazón con que animaba a los adolescentes a permanecer en la escuela y valorar su educación.

La semana siguiente, cuando entré por la puerta principal del centro comunitario, allí estaba ella. Antes de que pudiera decir algo, me dio la bienvenida con alegría, llamando desde el otro lado de la habitación, “¡Hola, Lisa!”. Era la primera vez que lo hacía. Y todavía estoy maravillada de cuán naturalmente se desarrolló una conexión más de corazón a corazón entre nosotras después de eso.

“El amor enriquece la naturaleza, engrandeciéndola, purificándola y elevándola”. Esta declaración del libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy (pág. 57), resume así lo que transformó mi corazón y esta relación.

Este es un ejemplo modesto. Pero cuanto más dejamos que el amor de Dios que todo lo envuelve y define gobierne la forma en que interactuamos y nos cuidamos unos a otros, más descubrimos que también abre el camino hacia la curación y la reconciliación en nuestro mundo en general.

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