Un día, estaba jugando afuera, andando en mi bicicleta cerca de un campo de golf, cuando me empezó a doler el estómago. Me bajé de la bicicleta y me acosté en el pasto. Me quedé muy quieto.
Después de cerrar los ojos, pensé en algunas ideas acerca de Dios que había aprendido en la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana. Pensé que Dios está conmigo, así que nada malo puede afectarme. Y nada puede impedirme hacer el bien, porque soy el hijo bueno y perfecto de Dios.
Orar con estos pensamientos fue como pensar que estaba en un lugar hermoso y pacífico, y me sentí feliz. Entonces mi estómago se sintió como nuevo. Anduve en bicicleta y me divertí. Fin.
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