Durante décadas, el número de hogares británicos que poseen Biblias ha disminuido. Pero, según un librero cristiano en línea que habló con el Financial Times, 2020 vio un “fuerte impulso” en las ventas de las Escrituras promovidas por la pandemia (Peter Chapman, “The home in 50 objects #33: King James Bible”, March 5, 2021).
Estas son buenas noticias. Pero comprar una Biblia es sólo el primer paso. Reflexionar sobre su mensaje es el siguiente paso crucial. El tercer paso es el mejor de todos, cuando comprendemos con gratitud su significado como lo hicieron dos de los primeros seguidores de Jesús. Al recordar la caminata con él rumbo a un pueblo llamado Emaús, dijeron: “¿No resplandecía nuestro corazón cuando estaba con nosotros en el camino y cuando nos explicaba las Escrituras?” (Lucas 24:32, J.B. Phillips, The New Testament in Modern English).
Literalmente no podemos caminar con Jesús hoy en día. Pero nuestros corazones todavía resplandecen de gratitud cuando progresamos, incluso modestamente, en nuestra comprensión de todo lo que Jesús enseñó. Él mismo prometió que vendría un Consolador —“el Espíritu de verdad”— que, según dijo, “dará testimonio acerca de mí” (Juan 15:26).
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!