Crecí en Irlanda del Norte, parte de una comunidad protestante que albergaba una visión negativa de larga data sobre los católicos romanos. Así que me crié con una visión distorsionada acerca de mis vecinos católicos.
En 1968, comenzaron los “Conflictos” de Irlanda del Norte. Este fue un enfrentamiento violento entre unionistas en su mayoría protestantes, quienes querían que Irlanda del Norte siguiera siendo parte del Reino Unido, y los nacionalistas católicos, los que querían que nuestra provincia se convirtiera en parte de la República de Irlanda.
Durante un período de cerca de treinta años, miles de personas murieron y decenas de miles resultaron heridas, y gran parte de los bombardeos y tiroteos se atribuyeron al Ejército Republicano Irlandés (IRA), que representa el punto de vista nacionalista. Varios buenos amigos míos fueron asesinados. En un incidente, el marido y dos primos de una vecina fueron ultimados en su granja por el IRA.
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