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Original Web

Para jóvenes

Cuando mi jefe me pidió que mintiera

Del número de marzo de 2021 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 7 de diciembre de 2020 de 2020 como original para la Web.


¿Es realmente esto lo que quieres ser? Esa fue la pregunta que resonó en mi cabeza cuando mi jefe me pidió que hiciera algo deshonesto. Y yo sabía la respuesta: No. Pero quedé desconcertada. 

Trabajo en un almacén que recibe y guarda artículos costosos valorados en miles de dólares, de modo que tenemos la responsabilidad de manejar con mucho cuidado estos productos. 

Recientemente, un nuevo empleado, que estaba aún en entrenamiento, fue a abrir uno de los artículos más caros que recibimos y accidentalmente cortó demasiado el embalaje y causó graves daños. 

Mi gerente también estaba en el depósito y vio lo ocurrido. Dijo que, como era una pieza muy cara, debíamos golpearla con más fuerza para que pareciera un daño sufrido durante el transporte. 

Como parte de mi trabajo, tengo que enviar un correo electrónico a los clientes para avisarles cuando algo llega dañado. Tener que enviar un correo electrónico sobre el artículo después de que mi gerente lo había arruinado aún más para que no tuviéramos que asumir la culpa me dio escalofríos.

Fui educada para tener altos valores morales y pensar por mí misma; y como Científica Cristiana, siempre he valorado la idea de que Dios es Principio. Para mí, Principio significa reglas, orden, honestidad y disciplina, así que, para sentirme cerca de Dios y ser guiada por Él a hacer lo correcto, quiero expresar esas cualidades siempre. Pero en este caso, sentía que no había sido capaz de hacerlo debido a las acciones de mi jefe. 

Llamé a mi papá durante mi hora de almuerzo, llorando y sintiéndome muy confundida e insegura de qué hacer. Al hablar sobre la situación, me vino al pensamiento el poema de Mary Baker Eddy “Alimenta mis ovejas”, y la última estrofa se destacó para mí:

En el triunfo o dolor,
o en la oscuridad, 
guía a Tu rebaño hoy
hacia Ti, Señor.
Sana el alma y danos pan
hasta ver la luz;
blancos Tus corderos van
tras de Ti, Pastor.
   (Himnario de la Ciencia Cristiana N° 304)

Me di cuenta de que enviar el correo electrónico me había hecho sentir sucia. Pero seguí orando durante todo el día, confiando en que Dios me lavaría hasta que quedara limpia y me guiaría a lo que fuera que necesitara hacer para ayudar a arreglar las cosas. 

Posteriormente esa tarde, el propietario de la compañía me estaba llevando a casa, cuando sentí que estaba bien preguntarle sobre lo que había sucedido. En el transcurso de la conversación, me dijo que, debido a los gastos en los que incurriría nuestro almacén, era más fácil hacer que la compañía original enviara un artículo de reemplazo. 

¡Ahora mi cabeza estaba dando vueltas! Sé que el dueño y su familia son personas morales, éticas e increíblemente trabajadoras. Pero ahora era difícil no verlos desde una perspectiva diferente. Esa noche, mientras luchaba para saber qué hacer, oré para verlos correctamente, como la expresión del Principio, tal como yo soy. Sabía que verlos de esta manera podría ayudar a evidenciar más de lo que son realmente como seres honestos y éticos, y que esto podría ayudar a rectificar cualquier mala decisión que se hubiera tomado.  

A la mañana siguiente, sentí que era correcto decirle a mi gerente que yo no estaba dispuesta a enviar nuevamente un correo electrónico deshonesto. Dijo que respetaría mis deseos. Luego, el propietario me informó que él y mi gerente habían hablado y que él entendía cómo me sentía. Aprecié esto, y seguí orando y reconociendo que todos somos la expresión del Principio.

Más tarde, cuando el propietario ya se iba, salió a despedirse y también mencionó que estábamos asumiendo la responsabilidad por el artículo dañado. ¡Estaban haciendo lo correcto! Nunca había sonreído tan ampliamente en el trabajo. La alegría que sentí por defender lo que era honesto, a pesar de que había sido increíblemente aterrador, fue inmensa.  

Esta experiencia me recordó la historia de Moisés en la Biblia, y el valor que expresó al enfrentar el problema mucho más grande de un rey tirano y la tarea de sacar a los hijos de Israel de la esclavitud en Egipto. Como Moisés demostró, aunque huir de las cosas difíciles puede parecer más fácil o menos aterrador, tomar la decisión correcta siempre tiene el poder y la fuerza de Dios respaldando cada paso.

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