Miré el amplio horizonte del Océano Atlántico mientras oraba por la alta tasa de desempleo causada por la pandemia del COVID-19. Muchas personas han perdido empleos, hogares y negocios y se enfrentan a la ruina financiera. Las predicciones sugieren que, debido a la injusticia social, las poblaciones negras, latinas e indígenas probablemente enfrentarán un camino muy difícil hacia la recuperación. Como una mujer de raza negra, he superado barreras y orado por otras personas que enfrentan sus propias barreras. La confianza en Dios siempre ha sido mi roca.
A observar el agua, vi que el viento empujaba grandes olas con numerosas gaviotas flotando en la superficie. Las aves se balanceaban en el agua con facilidad y continuaban buscando comida incluso después de que las olas rompían en la orilla. Un par de personas vinieron llevando bolsas de grano. Las gaviotas volaron graznando ansiosamente. Sin ningún temor, algunas comieron de las manos de la gente.
Al contemplar esta escena, recordé la historia bíblica de cuando Jesús, el Maestro cristiano, alimentó a cinco mil personas con cinco panes de cebada y dos peces pequeños (véase Juan 6:5–13). Esto me dio la confianza en que realmente hay empleo y provisión suficientes para todos. Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana y autora del libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, fue una seguidora sincera de Jesús. En sus Escritos Misceláneos 1883–1896 escribió: “Nunca pidáis para el mañana; es suficiente que el Amor divino es una ayuda siempre presente; y si esperáis, jamás dudando, tendréis en todo momento todo lo que necesitéis. ¡Qué gloriosa herencia se nos da mediante la comprensión del Amor omnipresente! Más no podemos pedir; más no podemos desear; más no podemos tener. Esta dulce seguridad es el ‘Calla, enmudece’ para todo temor humano, para el sufrimiento de toda clase” (pág. 307).
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!