Mary Baker Eddy hizo una declaración verdaderamente notable cuando se le preguntó acerca de una lesión física que no cedía a la oración en la Ciencia Cristiana. El paciente era un veterano que sufría de una herida que había recibido durante la Guerra Civil estadounidense. Cuando se le preguntó qué pensaba que podía estar impidiendo la curación, ella explicó que tanto el practicista como el paciente creían que una guerra era parte de la historia del hombre. La Sra. Eddy debe de haber tenido una visión diferente de él, viendo en cambio su historia espiritual, siempre en armonía con Dios, el Amor divino (véase Ira Packard, “Justification,” Sentinel, May 10, 1913).
Con respecto a nuestra historia, la Sra. Eddy dio este consejo: “Es bueno saber, querido lector, que nuestra historia material y mortal, no es sino el registro de los sueños, no de la existencia real del hombre, y los sueños no tienen lugar en la Ciencia del ser. …
“Dios está sobre todo. Él sólo es nuestro origen, propósito y ser. El hombre real no es del polvo ni jamás lo ha creado la carne; porque su padre y madre son el Espíritu único, y sus hermanos son todos hijos de un mismo padre, el bien eterno” (Retrospección e Introspección, págs. 21-22).
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