Mi nombre es Hope. Tengo doce años y asisto a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana.
Estaba jugando baloncesto en la escuela, cuando salté para hacer un lanzamiento a canasta y me caí lastimándome el pie.
Me dolía el pie y no podía estar parada. Mi papá se sentó a mi lado y supe que íbamos a orar, porque eso es lo que más me ha ayudado antes. Hablamos sobre algunas ideas que he aprendido en la Escuela Dominical; como, por ejemplo, que en el Amor (otro nombre para Dios) no hay accidentes porque el Amor me mantiene a salvo todo el tiempo. También recordamos que Dios me hizo perfecta porque soy Su hija. Me sentí en paz y sin ningún temor.
Mientras todavía estábamos en la cancha, mi papá llamó a una practicista de la Ciencia Cristiana. Ella me dijo que oraría, que yo estaba a salvo y que mi Padre-Madre Dios me amaba.
Después nos fuimos a casa. Mi padre solía ser enfermero de la Ciencia Cristiana, así que sabía cómo hacerme sentir cómoda. También me aseguró que la alegría que sentía al jugar baloncesto es una cualidad espiritual que viene de Dios, por lo que nunca puedo perderla. Ambos seguimos orando. Realmente comencé a sentir el cuidado amoroso y la presencia de Dios y supe que estaba bien.
En dos días, estaba de pie y caminando normalmente. ¡Estaba libre!
Me encanta la Ciencia Cristiana e ir a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana. Sé que Dios es mi Padre-Madre y siempre está conmigo.