A fines de junio de 2021, fui al dentista para hacerme una limpieza de rutina. Me dijeron que tenía una glándula salival obstruida, y me recomendaron que viera a un cirujano oral. Nunca había oído hablar de dicho problema y no tenía ningún deseo de ir a un cirujano oral.
Después de varias semanas sin ninguna molestia, cometí el error de tratar de destapar la glándula con los dedos. A las pocas horas, tenía mucha hinchazón y dolor, momento en el que hice lo que deseaba haber hecho en primer lugar: ¡oré por la situación! Recordé que mi maestro de la Ciencia Cristiana preguntó: “¿Es tu problema demasiado grande o es tu Dios demasiado pequeño?”. Decidí que mi Dios no era demasiado pequeño, sino que llena todo el espacio; que Él es la Vida y el Amor infinitos y omnipotentes.
En los meses anteriores, había notado que Mary Baker Eddy usa en sus escritos la palabra experiencia, como esta de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras: “Por todo lo que los discípulos experimentaron, se volvieron más espirituales y comprendieron mejor lo que el Maestro había enseñado” (pág. 34). Esto me impulsó a abordar el problema orando por mí misma. Una vez que empecé, el miedo comenzó a desaparecer.
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