A Samuel le encanta visitar el Museo de Historia Natural con su mamá y su hermanito. Le gusta aprender sobre diferentes animales e insectos.
Un día, el museo estaba lleno de gente. Era difícil moverse.
Cuando unos escarabajos verdes geniales llamaron su atención, Samuel quiso mostrárselos a su mamá y a su hermano. Pero no pudo encontrar a su mamá ni a su hermano por ningún lado. Pensó que estaban a la vuelta de la esquina, así que corrió a buscarlos. Pero habían desaparecido.
Samuel trató de calmarse. Entonces recordó lo que había aprendido en la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana: Dios llena todo el espacio, y no hay lugar donde Dios no esté. Pensó que si Dios llena todo el espacio, entonces no estaba solo. Dios estaba allí con él. También recordó que podemos escuchar a Dios porque Él siempre nos está hablando y ayudando.
Samuel escuchó a Dios mientras seguía buscando a su mamá y a su hermano. Samuel sabía que su mamá también lo estaba buscando y orando por él.
Samuel regresó a la sección donde había visto por última vez a su mamá y a su hermanito, y fue entonces que escuchó sus voces. Tuvo la idea de correr hacia sus voces, y así fue exactamente como los encontró. Les dio un gran abrazo a cada uno, y su madre y su hermano también le dieron un gran abrazo.
Samuel aprendió ese día que siempre puedes escuchar a Dios y que Dios siempre te ayudará.