Originales Web
Original en español
Cuando entré a mi lugar de trabajo y me encontré con mi compañera, sentí un profundo amor por ella. Cuando me vio, me saludó con mucho cariño, y hablamos naturalmente. Esta experiencia me ayudó a entender que jamás había sido herida por nadie.
En su Sermón del Monte, Jesús nos dice que amemos a nuestros enemigos. En esta situación, interpreté sus palabras en el sentido de que debía amar —y perdonar— al conductor. También me di cuenta de que yo había sido tan inocente como ese conductor cuando andaba en bicicleta por la montaña unos días antes.
Jesús vivió esa vida sin interrupciones “sin silos” y les dijo a sus seguidores que podían hacer lo que él hizo. Podemos ver a todas las personas con las que nos encontramos como hijos amados y cuidados de Dios, y cada desafío es una oportunidad para presenciar la sabiduría siempre presente de la Mente divina, la supremacía del Espíritu divino y la bondad del Alma divina.
Al reflexionar sobre esto, me queda claro cómo el Amor divino guio cada paso y armonizó todos los detalles. Cada momento se desarrolló como parte de la buena provisión de Dios.
Apareció primero el 25 de junio de 2025 como original para la Web.
Publicado originalmente en alemán
Amplié mis oraciones para reconocer que la verdadera visión es espiritual, otorgada por Dios, quien es el Espíritu mismo. Por lo tanto, este sentido espiritual está intacto y no está circunscrito por la materia o lo físico.
Publicado originalmente en alemán
Los cambios negativos no pertenecían a Dios ni a Su expresión. Yo sabía gracias a mi estudio de la Ciencia Cristiana que esta expresión divina de Dios nos incluye a cada uno de nosotros.
Incluso en aquellos momentos en los que no estamos conscientes de ejercer ninguna influencia en absoluto, siempre estamos contribuyendo a la atmósfera mental para bien o para mal.
Fue Dios, nuestro Padre-Madre, quien me reveló las ideas correctas en el momento en que las necesité. Dios respondió a cada oración, a cada paso del camino.
No importa cuál sea la situación, podemos volvernos a Dios con confianza y reconocer Su autoridad divina. Dios solo da el bien, y aferrarnos a los hechos espirituales acerca de Su reinado todopoderoso nos ayuda a ver y experimentar Su abundante bondad.
Nos corresponde confiar en el sentido espiritual que Dios nos ha dado para tener una visión verdadera de nosotros mismos y de nuestro mundo.