Originales Web
Apareció primero el 21 de octubre de 2024 como original para la Web.
Original en español
Mientras oraba, las vislumbres espirituales que me vinieron iluminaron mi pensamiento e instantáneamente hicieron que desapareciera la tristeza. Sentí la seguridad de que todo está, y estará, bien porque Dios, el bien, no cambia.
Apareció primero el 1º de julio de 2024 como original para la Web.
Le di gracias a Dios por ser mi Padre-Madre. Le agradecí por todo lo bueno de mi vida.
Apareció primero el 26 de febrero de 2024 como original para la Web.
Identificarnos como la creación de Dios destruye el falso concepto de que hay algo malo en nosotros.
Apareció primero el 18 de noviembre de 2024 como original para la Web.
Esta declaración de Ciencia y Salud fue una dulce promesa al considerar mi intachable integridad espiritual como hija de Dios: “La Ciencia divina del hombre está tejida en una sola tela consistente, sin costura ni rasgón” (pág. 242).
Apareció primero el 21 de octubre de 2024 como original para la Web.
Publicado originalmente en portugués
El colega que viajaba conmigo dijo que, durante esa conversación telefónica, yo estaba hablando como lo haría un padre al compartir las cualidades expresadas por un hijo.
Estar con Dios, el Todopoderoso, es estar con el único poder verdadero que gobierna el universo. Teníamos autoridad divina para rechazar la creencia de que el clima está fuera de control y para aferrarnos, en cambio, al hecho espiritual de que siempre está sujeto a la sabiduría de Dios.
Me di cuenta de que, en lugar de limitarme a decir lo que pensaba, era más importante escuchar a Dios y dejar que el Amor guiara mis palabras y acciones.
El Principio divino, la ley universal del Amor, tiene bendiciones infinitas para cada uno de nosotros. Obedecer el Estatuto de “La oración diaria” nos protege del temor, la obstinación y el egoísmo. Nos permite vivir y dar un afecto genuino y puro que tiene un fundamento espiritual.
A medida que abrimos nuestros corazones al mensaje de verdad del Cristo, vemos más de nuestra armonía inherente como los hijos espirituales de Dios.
La luz y la majestuosidad del Cristo nos acompañan a lo largo de esta temporada navideña y más allá. El Cristo eterno trae consuelo, fortaleza espiritual y alegría a todos.