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La curación es la obra de Dios, y la Mente omnisciente impulsa cada paso para contribuir a su logro.

Si nos damos cuenta de que Dios es el que realmente hace el trabajo, porque Dios es la fuente de toda acción, eso nos quita la presión para lograr actuar perfectamente.

Desde ese domingo, he puesto el Manual en mi mesita de luz con la Biblia y Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por la Sra. Eddy. Ella recomienda estudiar estos tres libros.

Somos la manifestación de Dios, las ideas espirituales de la Mente divina, no estamos sujetos al sufrimiento ni a la tristeza. Somos expresiones del Alma, que es la fuente de la alegría interminable.

Las enseñanzas de la Ciencia Cristiana muestran que no estamos sujetos a la burocracia ni a la complejidad excesiva.

Mi ira hacia los perpetradores desapareció, y realmente pude verlos no como ladrones, sino como abrazados por Dios, el Amor.

Mary Baker Eddy se apartó de la visión tradicional del estado estacionario del universo físico al definir la materia como fugaz, finita, incluso ilusoria, y basada en la incertidumbre.

También sé que estoy rodeada por el amor de Dios y que Él me creó perfecta. No hay lugar para la enfermedad, puesto que yo soy perfecta y me aman perfectamente.

Hay una ley divina de atracción que atrae a la gente a la iglesia. ¿Podría esta atracción ser otra cosa más que el Amor?

Mi éxito no dependía de la fuerza personal, sino de Dios, a quien la Biblia llama “la fortaleza de mi vida”.