Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer
Original Web

Descubre la vida eterna, aquí y ahora

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 1º de noviembre de 2021


Mientras en todo el mundo muchos lloran la pérdida de los seres queridos durante la pandemia, muchos más anhelan consolar a sus semejantes y encontrar una manera de aliviar el dolor. ¿Dónde podemos buscar ayuda?

La investigación realizada por un creciente número de científicos ofrece una perspectiva respecto a algunas respuestas. En las últimas décadas, estos individuos han estado documentando un sentido más expansivo de la vida; que la vida continúa después de lo que parece ser la muerte física. El Dr. Pim van Lommel, un cardiólogo holandés, ha registrado una serie de experiencias relatadas por personas que habían sido declaradas muertas, sin ninguna actividad cerebral medible. Después de ser resucitadas, estas personas contaron acerca de la consciencia que continuó después de que todas las señales físicas de vida habían cesado (véase Pim van Lommel, M.D., Consciousness Beyond Life: The Science of the Near-Death Experience).

Esta investigación científica apoya un punto significativo sobre el que hizo énfasis la Descubridora de la Ciencia Cristiana, Mary Baker Eddy: que la vida es un hecho continuo y eterno para todos nosotros. Cuando comprendemos esto, no solo encontramos consuelo, sino que también podemos comenzar a experimentar un sentido de vida más pleno e ininterrumpido.

En dos ocasiones en mi vida pensé que moriría antes que llegara el día siguiente: una fue debido a un terrible accidente, la otra, a una enfermedad grave. No solo sobreviví la noche, sino que en ambos casos estaba significativamente mejor por la mañana y pronto sané por completo.

¿Qué ocurrió? A lo largo de los años, a medida que estudiaba la Biblia junto con Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por Mary Baker Eddy, había tomado conciencia de que la vida ni se reduce a la mortalidad ni es un hilo frágil que se rompe fácilmente. Esta convicción estuvo disponible cuando más la necesitaba. Un sentido tangible de la naturaleza divina de la vida eterna me sacó de las tinieblas de una muerte inminente.

En la Biblia, Jesucristo promete: “Todos los que escuchan mi mensaje y creen en Dios, quien me envió, tienen vida eterna” (Juan 5:24, NTV). La vida de la que Jesús habló y demostró a lo largo de su ministerio es algo tan inmenso que es posible reconocerla como infinita y eterna. Y una variedad de relatos en la Biblia sugieren esta vida que se extiende más allá de la tumba. Hay registros de Enoc y Elías, dos personajes del Antiguo Testamento, quienes parecieron ascender sin un proceso de muerte. Durante el ministerio de Jesús, Moisés y Elías (los que habían fallecido hacía siglos) aparecieron en forma reconocible a Jesús y a tres de sus discípulos durante lo que se conoce como la transfiguración. Y después de su crucifixión, Jesús se presentó a sus seguidores antes de su ascensión.

Ciencia y Salud explora la esencia de la existencia real y espiritual. Identifica a Dios como Vida —como un ser inmortal e ilimitado— y a cada uno de nosotros como la creación de Dios, incluyendo inherentemente todas las características de la Vida. “Cual es el padre, tal es el hijo”, como dice el refrán. 

Esto significa que nuestra verdadera identidad es espiritual. Esta identidad está más allá de todo lo mortal, como lo está nuestra vida. Y esta vida no está separada en dos mitades, una aquí y otra más allá de la tumba, sino que es una, es espiritual, está en Dios y es de Dios aquí, ahora y siempre. Comprender este hecho eleva nuestro pensamiento hacia un reconocimiento del infinito, como lo hizo para mí cuando me enfrenté a la posibilidad de la muerte.

Eddy explica esto en Ciencia y Salud, donde escribe: “Un momento de consciencia divina, o la comprensión espiritual de la Vida y el Amor, es una muestra de la eternidad. Esta exaltada visión, obtenida y retenida cuando la Ciencia del ser es comprendida, tendería un puente con la vida percibida espiritualmente sobre el intervalo de la muerte, y el hombre estaría plenamente consciente de su inmortalidad y armonía eterna, donde el pecado, la enfermedad y la muerte son desconocidos” (pág. 598).

¡Qué promesa es esta! No importa cuán terribles sean las circunstancias que podamos enfrentar, la realidad presente e imperecedera es la vida eterna. Vida definida por Dios, quien es la Vida infinita misma. Cuando la oración nos ayuda a aceptar este hecho, podemos ver más allá de la perspectiva limitada de la vida como si comenzara al nacer y terminara con la muerte. Saber esto también nos lleva, más allá del dolor, a la gratitud por la vida espiritual continua de miembros de la familia o amigos que han fallecido.

Esta línea de uno de los poemas de Eddy lo resume perfectamente: “Divina Vida tuyo todo es” (Escritos Misceláneos, pág. 389). Dondequiera que estemos en nuestra travesía, podemos confiar en que esta comprensión de la Vida divina nos elevará hasta que alcancemos el excelso sentido de la existencia continua. 

Deborah Huebsch 
Escritora de Editorial Invitada

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más artículos en la web

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.