¿Cuántas veces has asistido a un servicio de la iglesia en busca de una respuesta, una solución o una curación y has salido con justo lo que necesitabas? Recuerdo que traté de encontrar la curación de un tumor en mi columna vertebral que durante meses me había hecho sentir incómoda, lo que me hacía inclinarme hacia un lado u otro de un asiento. Debido a que siempre había encontrado curación a través de la Ciencia Cristiana, sabía que también sería sanada de este problema.
Alrededor de este tiempo, un servicio en una filial de la Iglesia de Cristo, Científico, me inspiró tanto que poco después el pensamiento sanador me vino en un instante: “¡No puedo estar enferma, tengo que hacer la obra de Dios!”. Supe de inmediato que el crecimiento se había ido, simplemente ya no estaba allí. Al comprender eso, no hubo más bulto ni más dolor. Desde entonces he podido sentarme normal y cómodamente.
El mensaje divino que había traído la curación me hizo darme cuenta de que el trabajo que tenía por delante era comprender la continuidad del funcionamiento armonioso de Dios, al cual reflejo. También entendí que había sido acogida a través del apoyo sanador de nuestra iglesia. La iglesia apoya nuestro trabajo, y he seguido amando el trabajo de la iglesia en todos sus aspectos.
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