Era el amanecer, tres días después de que el cuerpo de Jesús fuera sepultado. El Evangelio de Marcos relata que María Magdalena y otras dos mujeres fueron al sepulcro. ¿Por qué? ¿Qué esperaban? Leemos que “compraron especias aromáticas para ir a ungirle” (16:1), como era costumbre en ese tiempo para manifestar un honor especial a los muertos.
No sabemos si María tenía curiosidad por el cumplimiento de la profetizada resurrección de Jesús cuando hizo su travesía a la tumba. Lo que sí sabemos es que, según el Evangelio de Juan, después de que Jesús resucitó, ella al principio no lo reconoció, pensando que era el jardinero (véase 20:11-18). Pero tan pronto como él la llamó “María”, ella respondió con “Raboni”, que significa “Maestro”.
La Biblia no dice nada acerca de que alguien más haya tenido esta experiencia especial. Me parece que el pensamiento de María estaba particularmente expectante, dispuesto a aceptar plenamente el hecho de que Jesús había resucitado, aceptando por completo el mensaje de Cristo. Luego fue y les contó a los discípulos lo que había experimentado.