
Relatos de curación
Esas “corrientes calmas, poderosas, de la verdadera espiritualidad” inundaron mi consciencia y me limpiaron de todas las creencias materiales que me habían perturbado.
Mi ira hacia los perpetradores desapareció, y realmente pude verlos no como ladrones, sino como abrazados por Dios, el Amor.
Comencé a ver la naturaleza espiritual y presente perfección de mi hija más claramente. Continué orando para obtener conceptos más claros de su identidad espiritual como imagen y semejanza de Dios.
Estoy muy agradecido por la demostración de que la edad no es un factor en la curación.
A medida que oraba, consintiendo lo mejor que podía en el hecho de que la totalidad de Dios era la realidad presente, el pensamiento comenzó a cambiar.
Se me ocurrió que necesitaba más inspiración para superar la creencia de que esta condición duraría indefinidamente.
A medida que tuve más curaciones, mi confianza en la Ciencia Cristiana fue en aumento, e incluso influyó en mi manera de pensar sobre las relaciones.
Estudiar el concepto de desierto, tal como se entiende en la Ciencia Cristiana, me ha traído mucho consuelo cuando pienso en mi mamá.
Surgieron muchos desafíos, pero mi esposo y el practicista me apoyaron mediante la oración durante todo el embarazo, y una cosa quedó clara: nada podía tocar esta idea espiritual.
Recordé muchas ocasiones en las que las personas de la Biblia acudieron a Dios en busca de seguridad y protección en medio de las tormentas; incluso Jesús en el mar de Galilea con sus discípulos (véase Marcos 4:37-39).