Hace aproximadamente un año, noté que ocasionalmente me dolía un área del abdomen. Comencé a orar para fortalecer mi convicción de que solo las cualidades de Dios pueden desarrollarse dentro de mí. El dolor disminuyó.
No obstante, como no podía ver lo que sucedía en mi interior, los pensamientos de temor regresaban constantemente. Encontré valor en estas palabras de la Descubridora de la Ciencia Cristiana, Mary Baker Eddy: “... ‘El reino de Dios dentro de vosotros está’. Sepan, entonces, que poseen poder soberano para pensar y actuar correctamente, y que nada puede desposeerlos de su herencia e infringir el Amor. Si mantienen esta posición, ¿quién o qué puede hacer que pequen o sufran?” (Pulpit and Press, pág. 3).
Sin embargo, con el tiempo el dolor se volvió constante, con una hinchazón que comenzó a interferir en mi sueño. Decidí llamar a una practicista de la Ciencia Cristiana para que me ayudara. Ella frenó ese pensamiento cuando me dijo que era hora de que yo aceptara esto como una oportunidad para tomar una firme posición mental y descartar los síntomas, porque eran sugestiones. “¿Eres material o espiritual?”, preguntó. “¿Qué eres?”
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