Cuando Yo Era muy joven, mi padre abandonó a mi mamá, a mi hermano, a mi hermana y a mí, dejándonos sin recursos para vivir. Poco después, mi abuela, una Científica Cristiana muy dedicada, vino a cuidar de nosotros. Desde entonces no he dejado de amar la Ciencia Cristiana. Los maestros de la Escuela Dominical me guiaron hacia la verdad de Dios a través del estudio de la Biblia y de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy. Como no tenía un padre en el hogar, estos maestros, sin saberlo, llegaron a ser mis tutores espirituales. Su ejemplo y el aliento lleno de inspiración de mi abuela, me llevaron a buscar una dirección y una motivación espiritual en mis actividades diarias.
Los últimos años de mi adolescencia fueron felices, a pesar de que tuvimos que pasar por los años de la Depresión y la Segunda Guerra Mundial. Nuestra familia se volvió a Dios para encontrar provisión, vivienda, buenas relaciones humanas, oportunidades de estudio y para decidir la carrera a seguir.
No puedo relatar todas las curaciones que he tenido, pero para mencionar algunas pocas diré que entre ellas se encuentran: un caso grave de zumaque venenoso, una concusión que recibí cuando me zambullí en el agua, la pérdida permanente del oído, hemorragias nasales crónicas y dolor de espalda.
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