Relatos de curación
Cuando supe que estaba embarazada, sentí temor por el parto. Gradualmente este temor dio paso a la fe en el control armonioso de Dios.
Han pasado varios años desde que fui guiado a estudiar Ciencia Cristiana y a unirme a La Iglesia Madre, La Primera Iglesia de Cristo, Científico, en Boston. Durante muchos años había sido miembro de otra iglesia cristiana, pero en años recientes, sentí la necesidad de saber y comprender mejor a Dios.
Leemos en Ciencia y Salud por la Sra. Eddy (pág.
Todo lo que estimo de valor en la vida se lo debo a la Ciencia Cristiana. Así es que hace tiempo debí haber relatado mi curación de los efectos de una accidental dosis excesiva de droga.
Era un hermoso sábado por la mañana, y, como de costumbre, estaba dando un paseo en bicicleta. Estando a pocos kilómetros de casa, choqué contra un automóvil.
Estoy agradecida por las muchas curaciones que he tenido como resultado del estudio de Ciencia Cristiana. Cuando estaba en la escuela secundaria dejé de menstruar, y tenía un serio desorden con mi apetito.
Poco después de haberme casado, me hice cargo de una granja lechera en la parte sur del estado de New Hampshire, E. U.
En Ciencia y Salud la Sra. Eddy cita el dicho: “La necesidad extrema del hombre es la oportunidad de Dios” (pág.
Estoy agradecida por haber sido criada en un hogar donde se practicaba y amaba la Ciencia Cristiana, y he comprobado su poder sanador muchas veces desde mi niñez hasta el presente. Debido a la formación que tuve en mi hogar y en la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana, aprendí a confiar totalmente en Dios.
Desde que empecé a estudiar Ciencia Cristiana hace cuarenta años, me he apoyado para todo en las enseñanzas de esta Ciencia. Cuanto más he comprendido las leyes de Dios y cuanto más metódica he sido para aplicarlas, tanto más feliz y fructífera ha llegado a ser mi vida.