Para Poder Participar en atletismo en la escuela secundaria tuve que hacerme un examen médico. A raíz del examen que me hice en 1947, me diagnosticaron una nefritis. (Mi abuelo, una tía y un tío habían fallecido de esta enfermedad.) El médico me prescribió una dieta estricta y medicación.
Posteriormente, cuando cursaba el primer año en la universidad, un médico me dijo que probablemente no llegara a los treinta y cinco años. Obviamente ésta no era una buena noticia para un joven de dieciocho años que estaba comenzando a independizarse en la vida.
En 1952, me cambié a una universidad en Texas donde mi tío Ted me presentó la Ciencia Cristiana. El venía a buscarme a mi hospedaje estudiantil todos los domingos para tomar el desayuno juntos. Y entonces, para complacerlo, asistía con él a una filial de la Iglesia de Cristo, Científico. Continué haciéndolo durante mi segundo y tercer año universitario.
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