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Relatos de curación

Cuando era un bebé, mi cuerpo comenzó a rechazar toda clase de alimento. Todo lo que se me daba para comer lo devolvía inmediatamente.

Nuestros dos primeros hijos nacieron rápidamente y sin dolor, y estos fueron períodos de crecimiento espiritual y de felicidad. Cuando estábamos en espera de nuestro tercer hijo, oramos para saber que la creación de Dios es completa y que Dios, no el hombre, es el creador.

Estoy profundamente agradecida por las curaciones que experimenté...

Estoy profundamente agradecida por las curaciones que experimenté durante un momento de prueba, y escribo este testimonio con la esperanza de que pueda ayudar a otros. Poco después del nacimiento de nuestro segundo hijo, nos mudamos con nuestra familia a una ciudad donde estaba la universidad, para que mi esposo continuara su trabajo como graduado.

Una noche en el año 1983, me dio un severo ataque al corazón.

Una noche en el año 1983, me dio un severo ataque al corazón. Yo estaba muy atemorizada, y aunque había dependido de la Ciencia Cristiana por muchos años y había tenido muchas curaciones, esta vez consentí en que me llevaran a un hospital.

Durante los primeros años de mi carrera como bailarín de baile clásico, sufría frecuentemente de enfermedades relacionadas con mi profesión, y del temor de experimentarlas. A pesar de los tratamientos médicos que recibía volvía a tener las enfermedades.

Unos dos meses antes de la Asamblea Anual de La Iglesia Madre para 1987, percibí que podía oír muy poco por uno de los oídos. Cuando esto sucedió inmediatamente me puse a orar, razonando con las verdades espirituales de Dios y del hombre.

Confirmo que la curación de Emilia sucedió tal como la describió mi esposa en su testimonio. Al orar sobre este problema, tuve que tratar principalmente con los siguientes pensamientos: estaba preocupado por el dolor.

Desde que en nuestra familia empezamos a confiar en la Ciencia Cristiana, hace más de diez años, hemos tenido las pruebas más maravillosas y constantes del cuidado de Dios. Un día, hace varios años, una botella grande de agua cayó de un estante sobre el pie de nuestra hijita, cortándole la punta de un dedo.

Conocí la Ciencia Cristiana por intermedio de mi cuñada que había sido sanada como resultado de su estudio de esta Ciencia. Desde mi niñez había tenido muy mala salud, y con el paso de los años había experimentado más y más complicaciones por más de veinte años.

Me criaron en una religión que no era cristiana.

Me criaron en una religión que no era cristiana. Sin embargo, cuando yo era adolescente, dejé de hacer las oraciones porque no comprendía las frases que tenía que aprender de memoria.

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

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