Cuando Lei Un testimonio en un ejemplar del Christian Science Sentinel escrito por un hombre que no es miembro de La Iglesia Madre, pero que experimentó una curación por medio de las enseñanzas de la Ciencia Cristiana, me di cuenta de que yo también podía expresar mi gratitud por la Ciencia Cristiana, aun cuando no soy miembro de la Iglesia.
Hace más o menos quince años me encontraba hospitalizada por una enfermedad que los doctores habían diagnosticado como hepatitis infecciosa. Me habían dicho que debía esperar una lenta y larga convalescencia; me dijeron que la completa recuperación podría tomar un año o más. Se me había asignado una habitación especial donde, según me dijeron, debería permanecer por unas cuantas semanas.
Esto me era muy difícil de tolerar porque significaba separarme de mi familia. En mi casa tenía una niña de nueve meses y un niño de tres años. Llamé a algunos amigos íntimos y les pregunté si podrían ayudarme con los niños, a lo cual accedieron.
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