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Cuando Era Adolescente...

Del número de abril de 1991 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Cuando Era Adolescente estaba convencido de que era homosexual y practiqué actividades homosexuales. Paulatinamente, toda mi vida se vio afectada. Mis actividades en el colegio, mi carrera y las relaciones sociales, todo sufrió los efectos de lo que ahora considero una conducta inmoral y falta de ética. Me sentía maniatado, desconcertado y dependiente de los placeres momentáneos del cuerpo. Luché con el problema durante once años, sintiéndome desesperadamente solo y sin tener a quien acudir.

Conocía algo acerca de la Ciencia Cristiana, sobre todo a través del periódico internacional The Christian Science Monitor. Un día, al sentir gran necesidad de ayuda, busqué en la guía telefónica el número de la Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana más cercana. En la Sala de Lectura obtuve el número telefónico de una practicista de la Ciencia Cristiana.

La practicista, que fue de lo más amable, aceptó orar por mí. Me indicó que leyera algunos pasajes de Ciencia y Salud por la Sra. Eddy. El siguiente pasaje me resultó muy alentador: "El género humano se mejorará por medio de la Ciencia y el cristianismo. De la necesidad de elevar a la raza nace el hecho de que la Mente puede hacerlo; porque la Mente puede impartir pureza en lugar de impureza, fuerza en lugar de flaqueza y salud en lugar de enfermedad. La Verdad es un alterante para todo el organismo y puede 'sanarlo completamente' ".

Razoné que la espiritualidad es la base de la moralidad; la espiritualidad nos eleva por encima de la sensualidad, permitiéndonos discernir la realidad.

La practicista me ayudó a despertar a la realidad de que yo soy ahora, he sido siempre y siempre seré, el hijo espiritual de Dios, puro y perfecto. La base para este enfoque se encuentra en la Biblia, en el Génesis: "Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó... Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera".

Cuando aprendí que mi verdadera identidad no es material sino espiritual, comprendí que yo estaba espiritualmente satisfecho por el Amor divino. Esta percepción comenzó a liberarme del concepto equivocado de que yo era un títere físico gobernado y controlado por falsos apetitos y placeres.

La practicista y yo trabajamos juntos por un tiempo, y el amor y el cuidado que me prodigó fueron extraordinarios. Gradualmente la validez de este pasaje de Ciencia y Salud se hizo evidente en mi vida: "Cuando el esclavo de deseos erróneos aprenda las lecciones de la Ciencia Cristiana, dominará esos deseos y ascenderá un tanto en la escala de la salud, la felicidad y la existencia".

Eso precisamente fue lo que sucedió. Un día, simplemente ¡me sentí libre! Fue una sensación maravillosa. Había perdido todo deseo de tener relaciones homosexuales. Era libre. Me regocijé y agradecí a Dios por liberarme de las garras que habían parecido sujetarme física, emocional y mentalmente.

Poco después de mi curación, me presentaron una joven que después se convirtió en mi esposa. Continuamos siendo muy felices en nuestro matrimonio y me resultó difícil escribir este testimonio, simplemente debido a que me siento tan libre. En los años subsiguientes a esta curación he tenido muchas otras curaciones por medio de la Ciencia Cristiana. Estoy muy agradecido por la labor dedicada de los practicistas que me han ayudado en varias ocasiones.

Mi corazón elevó su oración a Dios y ésta fue respondida. Estoy agradecido por ser libre y por conocer la verdad que libera: la Ciencia Cristiana.

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