Hace alrededor de dos años, nuestro hijo iba al jardín de niños y trajo un informe de la enfermera de la escuela. Ella decía que había notado que el niño estaba perdiendo la audición en ambos oídos.
Solicité ayuda, por medio de la oración, a una practicista de la Ciencia Cristiana. Recuerdo lo segura y confiada que me sentí al orar. Reconocí que el verdadero Padre-Madre de mi hijo es Dios, y está en constante comunicación con el niño. Sabía que esta comunicación nunca podía perderse. La Sra. Eddy, en Ciencia y Salud (pág. 284) dice: “La intercomunicación proviene siempre de Dios y va a Su idea, el hombre”.
Después de un corto tiempo, me sentí segura de que la curación estaba en progreso, y agradecí sus servicios a la practicista. Continué orando sola sobre este asunto y afirmé la verdad espiritual que está en la página 486 de Ciencia y Salud: “La vista, el oído, todos los sentidos espirituales del hombre, son eternos, No pueden perderse”. La curación física muy pronto fue evidente, y cuando le hicieron un examen al año siguiente, los resultados mostraron que el oído del niño era normal.
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