Deseo verificar el testimonio anterior de mi esposo y al mismo tiempo expresar mi gratitud a Dios por todas las curaciones que hemos tenido en nuestra familia.
Durante casi tres años había sufrido de una hemorragia. Varios doctores me habían visto y habían hecho exámenes sin obtener resultado alguno.
En determinado momento, un ginecólogo me puso bajo medicación. Aparentemente resultó eficaz, pues la hemorragia cesó, pero tenía que tomar diariamente medicamentos. Seis días antes de visitar a la practicista de la Ciencia Cristiana, los medicamentos se extraviaron. Durante esos días, la hemorragia, que creíamos que había cesado, volvió a aparecer.
La practicista me dio a leer sobre el relato en que Cristo Jesús sanó a la mujer que padecía de un flujo de sangre (ver Marcos 5:25–34). También me dio para estudiar pasajes de Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, incluso éste: "La Ciencia Cristiana sana la enfermedad orgánica tan positivamente como sana lo que se llama enfermedad funcional, porque sólo se requiere una comprensión más completa del Principio divino de la Ciencia Cristiana para demostrar la regla superior" (pág. 162).
A medida que estudiaba las verdades espirituales en la Biblia y en Ciencia y Salud, se llevó a cabo la curación. El estado anormal de hemorragia cesó permanentemente, y comencé a ganar peso.
Estoy sumamente agradecida por esta maravillosa curación y por la practicista de la Ciencia Cristiana que nos ayudó a ambos.
