Deseo verificar el testimonio anterior de mi esposo y al mismo tiempo expresar mi gratitud a Dios por todas las curaciones que hemos tenido en nuestra familia.
Durante casi tres años había sufrido de una hemorragia. Varios doctores me habían visto y habían hecho exámenes sin obtener resultado alguno.
En determinado momento, un ginecólogo me puso bajo medicación. Aparentemente resultó eficaz, pues la hemorragia cesó, pero tenía que tomar diariamente medicamentos. Seis días antes de visitar a la practicista de la Ciencia Cristiana, los medicamentos se extraviaron. Durante esos días, la hemorragia, que creíamos que había cesado, volvió a aparecer.